Breves reflexiones post-Thanksgiving

La cena de San Guivin en Miami / cavsconnect.com
La cena de San Guivin en Miami / cavsconnect.com

Obdulio y yo sólo conocíamos la celebración familiar más importantes de los Estados Unidos por las películas de Hollywood. Pero desde que llegamos a este país la hemos abrazado a cuatro manos.

Breves reflexiones post-Thanksgiving

¡Ah, Thanksgiving! Aunque la traducción oficial al español sea “Día de Acción de Gracias”, sólo los puristas lo llaman así. Hay que entender, con perdón de los defensores de la lengua, que es más fácil decir “Happy Thanksgiving!” que “¡Feliz Día de Acción de Gracias!”. Aunque lo que salga en la lengua de Shakespeare suene a tortillas y empanadas. Pero ya sea en inglés, en español o en malayo, no hay nada más reconfortante que reunirse en familia en una fecha tan señalada. Y de paso comenzar esa fase de delicado engorde que es característica de las últimas semanas del año.

Hace un tiempo atrás, cuando Obdulio y yo, lo celebrábamos en Massachusetts, Thanksgiving era para nosotros lo tradicional: una comelata de pavo asado, puré de papas o boniatos, judías verdes, maíz, salsa de arándanos y pastel de calabaza. Pero una vez que llegamos a Miami, comenzamos a celebrar un Thanksgiving diferente. Vaya, un San Guivin, como es usual llamarlo en el cubaneo. El Día de Acción de Gracias en la Capital del Sol se ha convertido en una pre-Nochebuena, con su correspondiente lechón asado, arroz con frijoles negros, ensalada y tostones. ¡Y que comience la subidera de peso, brother!

Mi amigo y yo hemos disfrutado este último Thanksgiving miamense a plenitud. Nos reunimos en familia y hasta tuvimos invitados de otros países. Fue una celebración multicultural en la que todos nos entendimos y la pasamos súper. Lo que demuestra que no hay que levantar muros, sino tender puentes.

El Obdu se quedó tan entusiasmado, que está pensando seriamene en hacerle un altar al nuevo santo.

-¡Que viva San Guivin!-, exclamaba mi amigo al final del jolgorio.

-¡Larga vida a los pastelitos de guayaba con ajiaco y salsa china!-, respondía yo.

Nada más multicultural y familiar. Debiera ser así en todas partes. Pero, por desgracia, hay mucha gente que se empeña en acortar la celebración para irse al despetronque de las compras navideñas, sin haber terminado la digestión del festín.

Coincido con Obdulio en que el Viernes Negro adelantado se está comiendo al santo por una pata y me uno a su protesta:

-¡Abajo el Black Friday, chico!  @mundiario

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