Benedicto XVI niega haber encubierto los abusos sexuales en la Iglesia

El papa emérito Benedicto XVI da un paso al frente y dos atrás. Primero pide perdón a las víctimas de abusos sexuales por lo que asegura que siente una “profunda vergüenza y dolor”, pero nuevamente niega haber ocultado los casos de pederastia. Días atrás fue revelado un demoledor informe privado y ordenado por la Iglesia alemana que tuvo como conclusión final que Benedicto XVI era conocedor de los abusos que cometían los sacerdotes y otros miembros de la Iglesia contra menores de edad.

En aquel entonces era conocido como Joseph Ratzinger y ejercía como arzobispo de Múnich. Esta semana, el papa emérito responde a dicho informe a través de una carta donde expertos de derecho canónico reafirman su inocencia. Benedicto XVI niega haber conocido algún caso de sacerdotes abusadores que hayan sido alojados en la archidiócesis de Múnich bajo su autoridad.

“No puedo más que expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi profundo dolor y mi sincera petición de perdón”, dice Ratzinger, que cuenta con 94 años, mientras asegura que durante su mandato efectivamente se cometieron “errores”.

El pasado 20 de enero la archidiócesis de Múnich hizo público un informe de 1.700 páginas donde un despacho de abogados llegó a reunir unos 497 casos de abusos cometidos entre 1945 y 2019 por unos 235 perpetradores, de ellos 173 eran sacerdotes.

Los investigadores señalan que el papa emérito sabía de los casos de abuso y le acusan de no haber hecho nada para evitarlos. Un caso en el que hacen especial énfasis tiene que ver con el de un sacerdote que pasó del Estado de Renania del Norte-Westfalia a la archidiócesis de Múnich pese a haber sido acusado de cometer abusos contra menores. En Múnich ejercería actividades pastorales, pero también agresiones sexuales por las que fue condenado.

“He tenido grandes responsabilidades en la Iglesia católica”, dice el papa emérito en su carta. “Tanto mayor es mi dolor por los abusos y los errores ocurridos en distintos lugares durante el tiempo de mi mandato”, agrega Benedicto XVI.

“Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida. Aunque mirando hacia atrás en mi larga vida puedo tener muchos motivos de temor y miedo, tengo un estado de ánimo alegre porque confío firmemente en que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y hermano que ya ha sufrido él mismo mis carencias y es, por tanto, como juez, al mismo tiempo mi abogado”, concluye en su carta personal. @mundiario