El autor más leído del mes de junio en MUNDIARIO fue Juan José Prieto

Juan José Prieto se posiciona nuevamente como uno de los autores más leídos de MUNDIARIO gracias a su artículo “Luego de una fuerte discusión lo roció con nafta y le prendió fuego”, donde hace énfasis en la igualdad de género partiendo desde casos violentos perpetrados por mujeres, demostrando que la violencia y los abusos no solo vienen desde el género masculino, sino que la maldad es sencillamente parte del ser humano.

“Dos casos de mujeres argentinas que tras una fuerte discusión, y en un evidente ataque de ira, tuvieron la férrea intención de asesinar a sus parejas”, empieza contando Prieto en el artículo más leído de junio donde concluye que “creo fervientemente, y reitero, que la violencia de género es un modelo, la violencia humana es la realidad; por hechos como estos es que no me gusta en lo absoluto el 'Ni una Menos', prefiero 'Ni una Persona Menos'. También, muy a menudo me pregunto ¿por qué las evidencias no logran que la sociedad cambie lo que piensa?, quizás sea porque no alcanzamos a entender".

- Felicidades Juan José, tus artículos siguen imbatibles en MUNDIARIO. ¿Piensas que tu mensaje, algo distinto, sobre la igualdad entre hombres y mujeres esté llegando a la sociedad?

- Como siempre lo he manifestado, más allá de que podamos estar de acuerdo o no, agradezco a los lectores y a quienes hacen MUNIDARIO. Para responder esta pregunta voy apelar a un refrán valenciano que dice "toda piedra hace pared", a la que le agregaría "por pequeña que sea"; a su vez, pienso que a lo largo de la historia se ha dado que mantener el statu quo no siempre dio resultados y ni tampoco es sinónimo de justicia, que es en definitiva a lo que todos aspiramos; en lo personal estoy convencido que a medida que el género femenino alcance la igualdad, hecho que aplaudo, veremos que cometerán el mismo tipo de acciones que hoy se las atribuyen al hombre; sino basta con observar el tipo de comentarios vertidos en mi página donde están los receptivos y prudentes pero existen los otros, que son muy agresivos.

- ¿Por qué crees que cuesta tanto creer que un hombre y una mujer pueden ser iguales en el tema de la violencia?

- En principio por la difusión que, históricamente, se les da a los diferentes casos, o porque el hombre no se atreve, por múltiples motivos, a denunciar. Ordinariamente, cuando el que golpea es el hombre se desarrollan diferentes manifestaciones sociales que incluyen las marchas u otros hechos. Y si es al revés, se da por aceptado que la mujer, en todo caso, se está defendiendo de un ultraje o abuso; y no siempre es así. Estoy de acuerdo en que la fuerza bruta hace la diferencia, pero existen acciones puntuales o sutilezas que son muy violentas y que generan una gran devastación psicológica (llámese falsas denuncias, obstrucción de vínculos con los menores, el SAP -Síndrome de Alienación Parental- o simples agresiones verbales, entre otras). En varias ocasiones he subrayado que el ser humano, sea el género que fuere, es violento por naturaleza -con el solo hecho de observar el comportamiento de los más jóvenes, entre otros, podremos corroborar esta teoría- . En todo caso, y a modo de paliativo, deberíamos trabajar desde la educación; esta es una herramienta que saca a la luz lo mejor de las personas.

- ¿Crees que con el auge de los movimientos feministas, las percepciones de las personas empezarán a cambiar?

- Los movimientos feministas son muy importantes, siempre y cuando busquen la igualdad real, lo equitativo o lo justo, de lo contrario son grupos que buscan establecer dictaduras o cobrar viejas cuentas, por el hecho de estar llenas de odio. Vuelvo a reiterar, los violentos están en ambos géneros; por lo que no se debería generalizar  y menos aún aplicar el peso de la ley en forma masiva por el accionar de un pequeño grupo de mal aprendidos. Estoy totalmente de acuerdo con Catherine Millet, escritora y crítica de arte francesa, directora de la revista Art Press, quien se cuestiona el hecho de que el hombre sea considerado desde el inicio como un posible agresor -situación que lo pone en el escalón de un ciudadano de segunda, al perder el derecho a la presunción de inocencia-, así como considera que debemos dejar de creer que la mujer siempre es la víctima. Nuevamente quiero agradecer a todos aquellos lectores, por la fidelidad y sobre todo a los que son respetuosos a la hora de leer un pensamiento distinto. @mundiario