Argentina y México producirán la vacuna de Oxford contra la Covid-19 para Latinoamérica

La vacuna de Oxford.
La farmacéutica británica AstraZeneca desarrolla y prueba la eficaz vacuna contra la Covid-19 junto con la Universidad de Oxford, en Reino Unido / Sky News.
Reino Unido lleva la delantera en una carrera donde América Latina ha decidido utilizar su vacuna para inmunizar a más de 500 millones de personas y evitar un colapso humanitario-económico por la pandemia.
Argentina y México producirán la vacuna de Oxford contra la Covid-19 para Latinoamérica

La carrera científica rumbo a la consecución del producto biotecnológico más cotizado del mundo en este momento, que es el antídoto que podría ponerle fin a la crisis biológica, sanitaria y humanitaria más grave del siglo XXI, también ha trasladado su epicentro, parcialmente, a América Latina, tal como la pandemia de coronavirus movió su foco mundial del brote de Europa hasta el otro lado del Océano Atlántico para llegar a Estados Unidos y luego a la región con el sistema socioeconómico más precario del mundo, que es la latinoamericana.

Y es que un nuevo paso ha avanzado la industria farmacéutica y biotecnológica mundial en su macro-proyecto destinado a iniciar un proceso de inmunización de toda la humanidad, pues será el resultado de una infraestructura financiera y científica que permitirá crear otra barrera natural inmunológica contra ciclos biológicos futuros y así preservar la estabilidad del sistema de vida y de la economía mundial.


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Argentina y México han anunciado en simultáneo que se encargarán de producir y distribuir en América Latina la vacuna contra la Covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford en conjunto con la farmacéutica AstraZeneca, ambas del Reino Unido. 

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó en rueda de prensa este pasado jueves que los laboratorios de su país y de Argentina participarán en la producción y distribución en la región de esa vacuna.

Se trata de un hito histórico en esta carrera histórica que se erige como el mayor reto que la ciencia moderna ha tenido que enfrentar para solucionar una crisis mundial absolutamente súbita e inesperada. De esta forma, las dos economías más importantes de la región aceptan convertirse en productores y exportadores del recurso que más demanda global concentrará y que creará un nuevo orden económico regional y mundial. No por nada, Argentina y México fueron escogidos para tal misión en el continente más golpeado por la pandemia en todo el planeta. 

"Es realmente algo excepcional que nos va a ayudar mucho a que se mantenga la esperanza, a que se acabe la incertidumbre y tenga la posibilidad de una vida sana", expresó López Obrador.

Una nueva era para América Latina

Esto implica que la nueva política de seguridad y recuperación económica regional pasa por la renovación de la salud pública latinoamericana mediante las agendas de inversión, financiamiento y comercio exterior en la industria farmacéutica con los potentes aparatos exportadores y productores de México y Argentina, que poseen las cadenas de valor y suministro más importantes con las que conectan y de las que dependen las economías más débiles de Latinoamérica, como Venezuela, Ecuador, Paraguay, Bolivia, y aunque son más grandes, también Perú, Chile y Colombia.

El mandatario destacó que es "una muy buena noticia para el pueblo de México, se les va a dar a conocer que ya existe este proyecto para tener la vacuna contra el Covid, contra la pandemia, lo que significa tranquilidad y salud".

Sin embargo, el discurso y la retórica del presidente mexicano se ha tornado un tanto nacionalista por obvias razones de salud pública orientada a la reversión de la crisis humanitaria y económica en el país que ya ocupa el cuarto lugar con más casos y muertes por Covid-19 en el mundo, que es México. 

En ningún punto, el presidente López Obrador ha mencionado la importancia del rol que México tendrá en la solución de la crisis sanitaria para su región, lo que no ha sido omitido por su homólogo argentino. 

Según informó este pasado miércoles en una conferencia de prensa el presidente de Argentina, Alberto Fernández, “AstraZeneca firmó un acuerdo con la Fundación del millonario empresario mexicano Carlos Slim para producir entre 150 y 250 millones de vacunas, que estarían disponibles para el primer semestre de 2021, teniendo en cuenta los resultados de los estudios de fase III y aprobaciones regulatorias”.

Por lo tanto, este proyecto de infraestructura científica, farmacéutica, biotecnológica y sanitaria para revertir una crisis que ha hecho retroceder la economía latinoamericana unos 100 años, derivó de un ambicioso acuerdo financiero entre la compañía farmacéutica británica AstraZeneca con el hombre más rico de América Latina y uno de los más ricos del mundo (posee una fortuna de 64.000 millones de dólares), lo que demuestra el marcado componente empresarial que, como parte del sistema capitalista global moderno, hace de las crisis nuevos espacios para movilizar los flujos de rentas que alimentan la pirámide socioeconómica mundial y el orden económico, social e incluso geopolítico del mundo, ahora aún más con la magnitud de esta pandemia en una región que ya arrastraba serios problemas estructurales desde unos 10 años antes de la llegada del coronavirus. 

“La producción latinoamericana va a estar a cargo de la Argentina y de México y eso va a permitir acceso oportuno y eficiente para todos los países de la región”, indicó el presidente argentino.

Alberto Fernández se refiere a que la cercanía diplomática, comercial y política de Argentina con muchos países de la región, así como de México, podría configurar y agilizar la creación de una plataforma logística que distribuya la vacuna con la posible coordinación de la Cruz Roja Internacional y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a través de sus respectivas sedes en cada país latinoamericano.

De acuerdo con el mandatario, “la futura vacuna se va a distribuir equitativamente entre los países a solicitud de los gobiernos”. Por lo tanto, no debería haber sesgos político-ideológicos que obstruyan esa gestión humanitaria, aunque no se descarta que algunos Gobiernos autoritarios o “forajidos”, como los denomina Estados Unidos por su naturaleza totalitaria y pro-comunista, intenten politizar este programa sanitario de vacunación y prefieran comprar la vacuna de Rusia para evitar hacer negocios con un país que es aliado de Estados Unidos (México). 

Los posibles obstáculos de la vacuna británica en la región

Los regímenes que podrían incurrir en ese tipo de impases son el de Nicolás Maduro en Venezuela, el de Daniel Ortega en Nicaragua y el de Miguel Díaz-Canel en Cuba, tres naciones inclinadas a la influencia comercial del gigante comunista, Rusia, una potencia mundial que buscará expandir su influencia en la región en su pulso con EE UU mediante la venta de la polémica vacuna Sputnik V contra la Covid-19 -recientemente aprobada por el Gobierno de Vladimir Putin- en esos países, especialmente en Venezuela, por las estrechas relaciones que Moscú tiene con el régimen de Maduro en materia militar, comercial, energética y financiera como instrumento de confrontación con Washington.

Pero, ¿qué detalles se conocen hasta ahora sobre la vacuna de Oxford que será distribuida en Latinoamérica? El director de Operaciones del Laboratorio mAbxience en Argentina, Esteban Corley, aseguró en una entrevista a la cadena CNN que las pruebas finales de la vacuna británica, bautizada como ChAdOx1 nCoV-19, culminará sus ensayos clínicos en humanos para noviembre, es decir, en tres meses.

Esto implica que será en el penúltimo mes del año cuando se logre comprobar y definir el volumen final de anticuerpos generados para crear la barrera de inmunización genética en las cadenas de células de las personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detallado en sus informes datos muy importantes sobre el estatus actual de la vacuna de la Universidad de Oxford. Los resultados del organismo arrojan lo siguiente.

Lo que se sabe sobre esa prometedora vacuna

El resultado de los ensayos -en cerca de 1.000 personas- fue calificado de "muy prometedor", pero aún queda por demostrar su eficacia contra el virus en la siguiente fase del ensayo. La siguiente fase podría involucrar a unos 30.000 voluntarios, lo que permitirá saber con certeza qué proporción de ese grupo de personas tendrá inmunidad por dos años o más, según lo confirmó el director del laboratorio argentino que fabricará al antiviral. 

La vacuna fue creada a partir de un virus genéticamente modificado que causa resfriado común en chimpancés. Lo que Oxford y AstraZeneca hicieron se basó en extraer un coronavirus inofensivo y le agregaron proteínas del coronavirus Covid-19 para que se formara una masa de anticuerpos neutralizantes que proteja a seres humanos.

Este a su vez fue modificado genéticamente para que no cause infecciones en los humanos y para hacerlo más semejante al coronavirus, lo que copia la estructura genética del SARS-CoV-2 y así la Covid-19 pierda su capacidad de hacer patogénesis en las personas, es decir, de generar síntomas y afecciones respiratorias.

El estudio mostró que el 90% de las personas desarrollaron anticuerpos neutralizantes después de una dosis. Sin embargo, el director del laboratorio argentino detalló que el 100% de los voluntarios crearon inmunidad con dos dosis de la vacuna.

“No se registraron reacciones peligrosas a la vacuna, aunque el 70% desarrolló fiebre o dolor de cabeza, síntomas que según los investigadores pueden tratarse con paracetamol”, según un comunicado de la Universidad de Oxford y confirmaciones posteriores de la OMS.

“En la siguiente etapa, el ensayo se ampliará a más de 10.000 personas en Reino Unido. También participarán 30.000 personas en EE UU, 2.000 en Sudáfrica y 5.000 en Brasil, donde la cifra de contagios es más elevada”, según el representante de la producción de la vacuna en Argentina, que mantiene contacto permanente con las autoridades de la farmacéutica AstraZeneca.

El experto que coordinará la producción de la vacuna desde Buenos Aires, la capital argentina, también precisó que esta vacuna tendrá un costo de entre 3 y 4 dólares por dosis. No se denominará en pesos argentinos o pesos mexicanos debido a que el dólar estadounidense es la moneda de reserva mundial y de uso comercial internacional entre los países de América Latina, cuyas economías mantienen una conexión vital con los flujos de productos, inversiones, materias primas, etc., que provienen de Estados Unidos, su influyente vecino del Norte.

Los objetivos estratégicos de Argentina y México

De esta forma, Argentina, que sufre una crisis económica marcada por la inflación (50%), la devaluación de su moneda, fugas masivas de capitales por más de 100.000 millones de dólares, una impagable deuda externa de más de 250.000 millones de dólares, pobreza del 35% creciente al 40% por el shock económico de la pandemia de coronavirus y 1,39 millones de desempleados (7,4%), busca reactivar su economía y lograr la recuperación que durante 10 años ha buscado incansablemente por la crisis del mercado de materias primas y la corrupción que tantas distorsiones ha causado en el país austral.

Por su parte, México busca revertir la recesión del -3,9% que sufrirá por la pandemia al final de 2020 mediante la expansión de su plataforma comercial y de su potencial exportador en la región, lo que le permitirá ganar influencia diplomática, geopolítica y financiera para optimizar su estatus como la economía más grande e importante de América Latina.

Hasta ahora, Reino Unido lleva la delantera en una carrera que, al menos en Latinoamérica, le está ganando a Estados Unidos, pues todo parece indicar que la región comprará y utilizará la vacuna de la prestigiosa Universidad de Oxford para inmunizar a sus más de 500 millones de habitantes y tratar de retomar la normalidad económica de un sistema que presenta profundas heridas sociales y políticas cuyo origen no se dio con la pandemia, sino que fue exacerbado por la crisis biológica y humanitaria del coronavirus. @mundiario

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