En Argentina sigue vigente el proyecto internacional 'Medicamento falso, problema real'
Este programa tiene por objetivo esencial alertar y poner en escena este tema tan sensible, y que tantos problemas le trae a la salud de la población del mundo.
El Programa dedicado a los medicamentos falsificados denominado “medicamento falso, problema real” es un proyecto de la FIP (Federación Internacional de Farmacias), quien designó al CFPBA como la entidad organizadora en nuestro país lanzando, de este modo, este plan de reflexión a nivel mundial.
La entidad colegiada de la Provincia de Buenos Aires –CFPBA- fue elegida, en el mundo, por el intenso trabajo de detección y prevención que, desde hace varios años, realiza en esta materia.
Esta campaña es avalada por el COSAPRO (Consejo de Salud de la Provincia de Buenos Aires), DP (Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.) y la Alianza Mundial de Profesionales de la Salud.
En Tres Algarrobos, la Institución Espartaco lo presentó en sociedad durante la campaña Cien Mil Corazones-Tres Algarrobos 2013, haciendo que el Distrito de Carlos Tejedor sea seleccionado en la Provincia de Buenos Aires, donde el objetivo era trabajar en lograr la implementación de carteles a los lados de la ruta Nº 226 con el fin de brindar información, a cada transeúnte, sobre esta problemática mundial, dándole a la comunidad todo el asesoramiento que requieran sobre este delicado asunto y que los orientemos acerca de cómo realizar una denuncia por medio de los canales que el Colegio habilitó.
Este programa tiene por objetivo plural el de alertar y poner en escena este tema tan sensible, y que tantos problemas le trae a la salud de la población de todo el mundo. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), este flagelo no solo es un enorme negocio ilegal, sino que plantea un problema de salud pública, más aún cuando se considera que en un fármaco falso el peligro pasa por que su contenido puede ser peligroso/tóxico o por la ausencia parcial o total de principios activos. Las consecuencias de su uso pueden incluir el fracaso terapéutico, aumentar las resistencias bacterianas y/o virales o inclusive llevar al individuo a la muerte.
