2013 también fue el año que nos dejó el dibujante ucraniano Yurij Kosobukin

Dibujo de Yurij Kosobukin - 2
Dibujo de Yurij Kosobukin.

La desaparición del caricaturista Yurij Kosobukin, ocurrida a principios del 2013, es una de las grandes pérdidas del año pasado. Deja un gran vacío en el panorama del humor gráfico internacional.

2013 también fue el año que nos dejó el dibujante ucraniano Yurij Kosobukin

El 15 de  enero de 2013 desaparecía físicamente el multipremiado caricaturista ucraniano Yurij Kosobukin. Ha sido una de las  pérdidas más terrible para el humor gráfico mundial este año. La noticia nos entristeció a todos los que apreciamos el valor de  la caricatura, por su honestidad crítica y sus cualidades artísticas. Numerosas instituciones le han rendido homenaje en el 2013 que ya termina, entre ellos el Museo Díogenes Taborda, de Buernos Aires, Argentina; el evento italiano Humor en Gallarate; el World Press Cartoon, de Sintra, Portugal, y otros.

El  estilo de Yurij Kosobukin era inconfundible, y su nombre está escrito en las páginas de oro de la caricatura mundial. Su trabajo intensivo y su  brillante talento le permitieron  publicar  miles de dibujos en revistas y periódicos, en sus  muchos años de trabajo. Sus dibujos se exhibieron en todo el mundo. Los concursos internacionales siempre añoraban sus caricaturas y los jurados lo premiaron cientos de veces. La gente admiraba y comprendía su obra, a pesar de las diferencias culturales, por el carácter universal de la misma.

Yurij Kosobukin, de Ucrania, nacido en 1950, publicó su primera caricatura en la prensa en 1976. Él  sabía  que al trabajar y crear  diariamente, su obra era conocida y aplaudida en numerosos países extranjeros, y que también, al abordar los eternos sentimientos humanos y sus contradicciones, tenía  asegurado un público que lo seguía, y que el paso del  tiempo no le restaba interés en lo más mínimo a sus dibujos, muchas veces llenos de melancolía, y con una visión irónica y crítica.

Ningún tema escapó a su mirada, todo tiene importancia en su enfoque sobre las relaciones humanas, la burocracia política, los dogmas, la guerra, el medio ambiente, y los numerosos problemas que enfrenta el universo.

Su bisturí artístico penetró  allí donde las situaciones sociales son escenarios de los dramas cotidianos de la humanidad, y donde las personas, de todas las clases sociales, muestran, en muchas ocasiones,  sus ambiciones y deseos, en algunos casos repulsivos. Sus caricaturas son al mismo tiempo simpáticas y tristes.

Para algunos, sus dibujos son “pequeñas historias escritas gráficamente”, en un sentido literal de la palabra. Sus caricaturas son  secuencias de una película que es la vida.

Cuando Yurij Kosobukin realizó sus primeras caricaturas no tenía una trayectoria artística. Había estudiado ingeniería aeronáutica en Kharkiv, y trabajaba en el Centro Antonov de Diseño de Aviones , en Kiev. Tenia 26 años. Para suerte de los que apreciamos el arte,  el humor y la caricatura, a partir de ese momento de ruptura y de cambio,  el talento de Yurij Kosobukin no dejó de crear imágenes que nos hacen mirarnos en el espejo de la vida.

 

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