La amapola recuerda a aquellos que murieron a fin de que podamos ser libres

Poppies. / Albena Markova
Poppies. / Albena Markova

Desde 1921 los británicos llevan muy a pecho y en el pecho ponerse una amapola, normalmente de papel, todos los años con motivo del Día del Recuerdo (Remembrance Day).

La amapola recuerda a aquellos que murieron a fin de que podamos ser libres

Desde 1921 los británicos llevan muy a pecho y en el pecho ponerse una amapola, normalmente de papel, todos los años con motivo del Día del Recuerdo (Remembrance Day).

 

Como he manifestado en alguna ocasión yo escribo dejándome llevar por ocurrencias y, el ver una amapola fuera de temporada, me lleva a pensar porqué esta flor típicamente veraniega es el símbolo del Armisticio que se celebra en noviembre. La respuesta puede estar en un poema de John McCrae, soldado canadiense en el frente de Flandes, donde estaba la línea de combate abierta contra los alemanes en la Primera Gran Guerra, que decía que las amapolas florecieron con más fuerza que nunca por la manera en la que las tropas y la acción de la guerra había removido la tierra.

Cada año, el 11 de noviembre, en el Reino Unido se recuerda a los hombres y mujeres que dieron sus vidas en las dos guerras mundiales y conflictos posteriores. Se conoce como el Día del Armisticio, Remembrance Day o Poppy Day. Esto es así porque a las 11 horas del día 11 del mes 11 de 1918 los cañones del frente occidental de la Primera Guerra Mundial se quedaron en silencio después de más de cuatro años de guerra continua. La contienda más sangrienta había terminado.

En la última celebración del Armisticio se compuso un enorme jardín de amapolas de cerámica en el foso que rodea la Torre de Londres. En total 888.246 flores, una por cada soldado fallecido al servicio de la corona británica durante la I Guerra Mundial, que posteriormente se pusieron a la venta por internet al precio de 30 euros la unidad. En todo hay negocio y con los sentimientos es fácil negociar.

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