Aislada en el Atlántico Sur, a Santa Elena solo se llega con el Royal Mail

Puerto de Jamestown. / Peter Balwin
Puerto de Jamestown. / Peter Balwin

Este remoto y minúsculo destino quizás sea mayoritariamente conocido como aquel lugar a donde fue desterrado y donde murió Napoleón después de su derrota en la batalla de Waterloo.

Aislada en el Atlántico Sur, a Santa Elena solo se llega con el Royal Mail

Este remoto y minúsculo destino quizás sea mayoritariamente conocido como aquel lugar a donde fue desterrado y donde murió Napoleón después de su derrota en la batalla de Waterloo.

 

Santa Elena es una isla tropical de origen volcánico, situada en medio del Atlántico Austral, con una superficie de 121 kilómetros cuadrados y una población de poco más de 4.000 habitantes, cuya capital es Jamestown, uno de los mejores ejemplos de arquitectura georgiana en cualquier parte del mundo. Forma parte del territorio de ultramar británico que también incluye las islas de Ascensión y Tristán da Cunha. Viene siendo uno de los lugares más aislados del mundo y, para situarlo, si uno sale de la frontera entre Namibia y Angola hacia Brasil se encontraría con Santa Elena a un poco menos de la mitad del camino.

La historia de Santa Elena es, cuando menos, curiosa. Fue descubierta por el navegante portugués João da Nova y se convirtió en un puerto de estratégica importancia en la ruta a la India hasta la apertura del canal de Suez. También jugó un papel tan destacado como poco conocido en el final de la esclavitud, al convertirse en refugio de los esclavos africanos liberados. Como una de las colonias británicas más antiguas y por su remota ubicación, también ha sido utilizada como lugar de exilio de unos 6.000 prisioneros Bóer, del jefe zulú Cetshwayo y especialmente de Napoleón Bonaparte que murió en la isla.

Aunque turísticamente no da mucho juego, porque hasta que no esté finalizada la construcción del aeropuerto prevista para 2016 solo se puede llegar a la isla en yate privado o a través del buque del Royal Mail, que une Ciudad del Cabo con Santa Elena e Isla Ascensión, transportando pasajeros y todo tipo de bienes y suministros, quién tenga la oportunidad de acercarse se encontrará un impresionante patrimonio histórico, un paisaje excepcional, aguas marinas limpias y cristalinas en condiciones subtropicales y gente cálida y amable. 

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