Ah, la maravillosa adolescencia
Me confiesa mi buen amigo Obdulio que le resulta difícil entender a los adolescentes, o teenagers, en inglés. Parece que se le olvidó que él mismo vivió esa edad alguna vez. Quizás el frenético ritmo de vida miamense se lo ha borrado de la memoria.
Viene el Obdu y, sin darme tiempo a saludarlo siquiera, me suelta una contundente declaración de principios:
-¡No puedo con los teenagers, chico!
Trato de convencerlo de que no es para tanto, que los adolescentes son seres muy simpáticos e inocentes. Pero mi amigo me refiere a este diálogo con su nieto Yuniel para refutar mi defensa de esa adorable transición que viene después de la niñez:
OBULIO: (Subiendo el volumen de la radio) Escucha, ese grupo es Led Zeppelin, una de las mejores bandas de rock de los 70. ¡Qué voz la de Robert Plant! ¡Y que guitarra la de Jimmy Page!
YUNIEL: (Disimulando un bostezo) Ujum.
OBDULIO: En aquella época los tres mejores guitarristas de rock eran Page, Jimi Hendrix y Eric Clapton, sin duda.
YUNIEL: (Apenas disimula un segundo bostezo). Ah.
OBDULIO: (Cinco minutos después) ¡Oye esto ahora! Ese es el sonido inconfundible de Jethro Tull. Ellos combinaban elementos de música tradicional británica con hard rock. ¿Qué me dices de esa flauta? ¡Ian Anderson, muchacho…! Todo un show en escena.
YUNIEL: (Bosteza abiertamente, se estira y se rasca una oreja) Oh.
OBDULIO: (Cuatro minutos más tarde) ¡Oye, oye, OYE! ¡The Who! Una de los grupos más influyentes de todos los tiempos. Esta canción es Won't Get Fooled Again. Espérate, que ahora viene el famoso grito de Roger Daltrey...
YUNIEL: Abuelo...
OBDULIO: ¡Ya viene, escucha...!
YUNIEL: Abuelo...
OBDULIO: ¡Después de la batería...!
YUNIEL: (Al tiempo que Daltrey emite su famoso grito) ¡ABUELOOOOOO!
OBDULIO: ¿Qué pasa mijo...?
YUNIEL: ¿No puedes poner un reguetón...?
No me explico por qué al Obdu le resulta tan difícil entender a los teenagers.
