Agotada la novela Los Ojos de Dios, de Rafaela Cano, editada por la Diputación de Badajoz
La novela Los Ojos de Dios, editada por la Diputación de Badajoz, ha supuesto el exitoso debut en el mundo literario de Rafaela Cano. Un gran éxito de ventas que hizo agotarse la edición en pocos meses.
Dentro del casi agonizante mundo de la literatura, ya que cada vez se lee menos, los lectores de novela histórica siguen siendo incombustibles y los más fieles. Trilogías de mujeres occidentales en territorios exóticos, posesiones coloniales, libros de ocultas claves templarias, turbulentos amores en tiempos de guerra, detectives egipcios, esoterismos pseudo-históricos, novelas de gladiadores y fantasías ambientadas en tiempos oscuros, pueblan los escaparates de las librerías y almacenes porque este tipo de novelas históricas, pseudo históricas, o de ficción histórica, siguen liderando las listas de los más vendidos.
Aun así, dado que la autora era una debutante en el mundo de la novela, cuando siendo Presidente de la Diputación Provincial de Badajoz, Valentín Cortés se presentó en el panorama editorial Los Ojos de Dios de Rafaela Cano (Campanario 1960) nada presagiaba un éxito tan arrollador. La obra,centrada en la Castilla medieval y la Institución Inquisitorial superó en ventas en las Ferias del Libro de Extremadura y Castilla a autores consagrados como Pérez Reverte o novelistas como María Dueñas o Julia Navarro. Sin campañas publicitarias con el único reclamo del boca a boca agotó la edición en muy pocos meses. Por ello no pudo presentarse ni en Madrid ni en el resto del territorio español.
La novela, desde sus primeras líneas llama la atención por su prosa, una prosa ágil, muy fluida pero elaborada. Una gran cantidad de vocablos medievales, hoy en desuso, aparecen perfectamente imbricados en el relato sin ralentizarlo. La ambientación histórica es natural, sin artificios y sin la impostura de querer dar una clase de Historia, defecto en el que caen muchos novelistas empeñados en exhibir su erudición en la materia lastrando gravemente una de las razones de ser de la novela que es el puro entretenimiento.
Los protagonistas Fray Hernando, dominico inquisidor, Beatriz Alarif, joven noble y Luis Zapata, antiguo paje de Felipe II son personajes atractivos, están muy bien definidos y aparecen entremezclados articulando una trama que “engancha” y que hace pasar las páginas al lector sin prisa pero sin pausa y que le apremia a llegar al final, algo que es de merecer con tantos tostones que siguen publicándose en las editoriales españolas.
El asunto inquisitorial está tratado con justicia, sin morbo y sin estridencias y sobre todo, algo que sucede con recurrencia cuando se habla del Santo Oficio, no “ mortifica” al lector con obtusos pasajes de conciencias atormentadas,ni está teñido de anticlericalismo o de presentismo histórico ( juzgar los hechos del pasado con la perspectiva y valores del presente). La conjunción de estos factores explica en gran medida el éxito del libro.
La primera parte de la novela arranca en 1559 cuando la Inquisición celebra en Valladolid el Auto de Fe más importante de cuantos se celebraron en Europa. La autora huye de ahondar en el dramatismo de la cruel ceremonia para centrarse -una exquisita y completa descripción- en los hechos ambientados en las calles, plazas, edificios y sobre todo del propio Auto de Fe de Valladolid, que recuerda en cierta manera a pasajes de El Hereje de Delibes. La segunda parte se traslada a Llerena, Badajoz, donde desarrolla la trama insertándola con brillantez en la cotidianidad de los habitantes del siglo XVI. La vida de conventos, palacios, mercados...ofrecen al lector un interesante fresco de la Extremadura de la época.
Rafaela Cano, desconocida en el mundo de las letras y ajena a círculos literarios es profesora de Lengua Española -de ahí su maestría léxica-, con años de bagaje docente a sus espaldas. Aunque había ganado varios premios literarios, debutó con esta obra en el mundo de la novela, ofreciendo un producto sin más pretensiones que entretener al lector con una historia muy amena, distinta y bien contada.
Los Ojos de Dios, editada por la Diputación de Badajoz, ha sido número uno en lecturas veraniegas de su comunidad, siendo la novela más solicitada en las bibliotecas públicas. La autora ya tiene en ciernes sus segunda y tercera novelas, esta vez ambientadas en la guerra civil española y en la Sevilla del XVII para la que ha desarrollado una ingente labor de documentación e investigación ya que los protagonistas no son personajes de ficción. Pese al éxito comercial, e incluso algún contacto para una miniserie de televisión, la Diputación de Badajoz no ha previsto una segunda edición... Esperemos que alguna buena editorial “se lleve el gato al agua” y reedite esta ópera prima, a la que sin duda seguirán más novelas que captarán el interés del público… Los Ojos de Dios demuestra que en el mundo del arte nunca es tarde si hay talento que ofrecer.
