Angelina Jolie, contra el estereotipo de que sin belleza las mujeres no pueden triunfar

Una imagen promocional de Angelina Jolie.
Una imagen promocional de Angelina Jolie.
El éxito de Angelina Jolie y de muchísimas de sus congéneres depende actualmente de su talento y de su personalidad y no de un palmito más o menos acorde con determinados patrones estéticos.
Angelina Jolie, contra el estereotipo de que sin belleza las mujeres no pueden triunfar

Su busto fue lo más perfecto de su anatomía cuando el papel de Lara Croft en Tomb Raider lanzó al estrellato a Angelina Jolie. Sólo doce años después, la actriz acaba de extirpárselo para prevenir el riesgo de cáncer de mama.

El hecho —así como su divulgación pública por parte de la interesada— no resulta nada banal. Va contra el estereotipo de que sin belleza las mujeres no pueden triunfar, a diferencia de los varones, donde predominarían otros valores más intelectuales.

Si eso pudo ser en su día, ahora ya no. El éxito de Angelina Jolie y de muchísimas de sus congéneres depende actualmente de su talento y de su personalidad y no de un palmito más o menos acorde con determinados patrones estéticos.

Y es que las mujeres de Occidente, aunque muchos todavía no quieran darse cuenta, han hecho su revolución y ya están por delante del otro sexo en miles de parámetros: la mayor parte de ellos positivos, como sus mejores resultados académicos, y hasta unos pocos negativos, como la mayor tasa de alcoholismo femenino entre adolescentes.

Este creciente protagonismo social de la mujer sigue teniendo, no obstante, frenos brutales, desde la ominosa violencia de género que no cesa hasta el freno para alcanzar puestos directivos de las empresas.

Esa situación injusta no se debe tan sólo a la inercia del machismo que lucha por sobrevivir, sino que viene alentado por la proximidad atávica del islamismo militante y su menosprecio de la mujer. Por desgracia, una gran parte del mundo no se rige por los valores democráticos e igualitarios de Occidente. Todo lo contrario.

Y esa preterición criminal de la mujer avanza a medida que crece el fundamentalismo islámico en nuestras propias sociedades occidentales. Pero tanto para las mujeres sojuzgadas por él, como para aquellas otras que aún no han encontrado el camino de su realización personal, gestos como el de Angelina Jolie constituyen todo un aldabonazo a su conciencia.

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