Los 5 estrenos de cine destacados de la semana

A Michael Moore se le ama o se le odia, no hay termino medio para este cineasta y experto documentalista que consiguió elevar un documental a la categoría de blockbuster, hablo de Bowling for Columbine (2002), en el que analizaba el peso de las armas en la cultura estadounidense.

Moore es incómodo porque se toma todo con humor, un humor cínico, que usa como arma arrojadiza contra sus propios compatriotas.

En el arte y concretamente en el mundo del cine, siempre hay directores que intentan mostrar a través de sus películas su desacuerdo con el sistema o verter sus críticas hacía ciertos aspectos de la sociedad, en este caso la estadounidense. Pero quizá sea Michael Moore quien mejor encarne este ansia de crítica a través de sus famosos, muy vistos y entretenidos documentales.

Si Bowling for Columbine levantó ampollas entre cierto sector de la población norteamericana, Fahrenheit 9/11 (2004) se convirtió en un éxito mundial y en el documental más taquillero de EE UU. En él trataba sobre las causas y consecuencias de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos e intenta determinar el alcance real de los supuestos vínculos entre las familias del presidente de los Estados Unidos en el momento de los atentados, George W. Bush, y los Bin Laden, acaudalada familia de Osama bin Laden.

Tras estos dos documentales, no los primeros que rodaba el cineasta (su primer documental data de 1989, Roger & Me, en él cuenta como consigue Michael Moore entrar en contacto con el presidente de la General Motors, Roger Smith), el documentalista estrenaba en 2007 Sicko, documental que denunciaba el sistema sanitario norteamericano y las estafas de las aseguradoras; en 2008 estrenaba Slacker Uprising para mostrar cómo se incita el voto entre jóvenes universitarios de Estados Unidos; en 2009 volvía a conseguir éxito mundial con Capitalismo: Una historia de amor en donde pretendía mostrar el origen humano de la crisis económica mundial de 2008-2010. Ahora estrena ¿Qué invadimos ahora?. En este nuevo trabajo Michael Moore viaja a algunos países europeos para descubrir cómo actúan respecto a ciertos aspectos sociales que para el director no se afrontan adecuadamente en Estados Unidos. Por ejemplo, plasma en el documental lo que a él le parece el mejor sistema educativo del mundo, el de Finlandia: eliminación de deberes frente al aumento de deberes para los niños norteamericanos a quienes considera poco menos que estúpidos. Descubre que en los colegios franceses, al menos en el que él visita, fomentan la dieta sana en los comedores escolares, mientras que cuenta que en EE UU las escuelas dan comida basura a los niños quienes cada vez están más gordos. Y así un largo etcétera de descubrimientos europeos que pone a la cara de los norteamericanos a modo de crítica, de descubrimiento, de “eh, oigan, podemos hacer las cosas mejor”.
No está recomendada a menores de 7 años.

Un doctor en la campiña es la típica comedia francesa apetecible o casi. Sí es apetecible pero no es la típica porque ¿cuándo un médico decide ponerse a dirigir una película sobre medicina? Este es el caso y el resultado es inmejorable. 

Thomas Lilti es un medico francés que ya se lanzó a la aventura de dirigir un largometraje con Hipócritas (2015) también centrada en el mundo de la medicina, en concreto en las dificultades que se encuentra un joven para convertirse en un buen médico en un hospital.

Esta vez, Lilti se enfrenta a la medicina rural desde un punto de vista muy humano, con toques de humor y también cierta crítica preocupada: “la desaparición de los médicos rurales es un tema muy grave, porque no son sólo médicos. También son confidentes, asistentes sociales…”, declara el director en una entrevista para Fotogramas.

Los actores protagonistas, François Cluzet y Marianne Denicourt, están impecables interpretando a los médicos. Él interpreta a Jean-Pierre, el médico del pueblo, en quien la gente confía, a quien visita en sus propios hogares. Ella es la doctora recién llegada (Jean-Pierre está enfermo y necesitará pronto una sustituta), pero no será fácil conseguir la confianza de la población rural.

Un doctor en la campiña no está recomendada para menores de 7 años.

El hombre que quiso ser segundo es un curioso documental español dirigido por Ramón Alòs y que narra la vida de Segundo de Chomón (Segundo Víctor Aurelio Chomón y Ruiz; Teruel, 17 de octubre de 1871 – París, 2 de mayo de 1929), cineasta español cuya importancia reside en haber sido pionero del cine mudo. La comparación con Méliès es obligatoria y es el francés quien suele llevarse toda la gloria en cuanto a calidad técnica y trucajes en la historia del cine, desde luego no desmerecida, pero en España existía Chomón, igual de importante que el primero pues en la época fue considerado uno de los grandes hombres del cine, siendo contratado por las más importantes empresas cinematográficas de la época, como la Pathé Frères o la Itala Films. Chorrón también fue el fundador de la primera productora cinematográfica española.

¿Dónde están los trabajo realizados por Chomón? porque de Méliès hay múltiples ejemplos conservados. La principal razón es que el nieto de Chomón murió sin hijos y la herencia del cineasta, incluyendo películas, elementos de rodaje, muñecos utilizados en animaciones y fotografías, desaparecieron con él. “Alguna persona que compraría la casa vieja a peso estará vendiendo todo en algún mercadillo”, se lamenta el realizador, Ramón Alós.

Ahora, por vez primera, alguien rinde un justo homenaje en forma de documental con una falsa investigación como trama para dar a conocer al mundo el trabajo exquisito de Segundo de Chomón. Recomendada para todos los públicos.

Casa grande se centra en la vida de un adolescente brasileño de buena familia que busca su independencia mientras sus padres sufren problemas económicos. Muy acostumbrados a una imagen cinematográfica de Brasil en donde las favelas, la violencia y las drogas son el común denominador, en Casa grande, el director treintañero Fellipe Barbosa se centra en otro tipo de Brasil también real, el de la gente rica que pierde poder adquisitivo, el de adolescentes criados entre ricos, entre blancos latinos que descubren que entre ellos también hay negros y mulatos brasileños con quien reír, comer como iguales (no como sirviente y patrón), incluso enamorarse.
No está recomendada a menores de 7 años.

Alicia a través del espejo es la representación del cine comercial de Hollywood en las carteleras de esta semana con sello Disney. Ya sin Tim Burton en la dirección, Alicia vuelve al País de las Maravillas para intentar salvar un reino que se va a pique.
Muchos efectos especial, mucho colorido, mucha locura como la de la primera película del 2010 y apta para todos los públicos con recomendación incluida “especialmente recomendada para la infancia”.

Otros estrenos de la semana son El debut (documental), Zoran, mi sobrino tonto (comedia), Magallanes (drama), Proyecto USA (road movie), Alcaldesa (documental), Tres recuerdos de mi juventud (romance), Lobo (drama), El país del miedo (drama).