2015, un verano muy particular con un regalo inesperado lleno de vida y dolor

Blanca
Blanca.

Los abandonos de mascotas, sobre todo perros y gatos, aumentan cada año. Las sociedades protectoras no dan abasto. Urge una campaña de acogimiento y esterilización para atajarlo.

2015, un verano muy particular con un regalo inesperado lleno de vida y dolor

Este verano del 2015 era el séptimo año que Pluto, el perro bóxer de su hija, huía del calor de Madrid y pasaba el verano con María en la aldea. Sin embargo, este era especial. Sus dueños, de camino a NY, buscaban alojamiento en una zona donde los parques de perros estuvieran cerca y el Manhattan turístico daba paso a otro de los neoyorkinos, con jardines con dog run y zonas para niños con gente amable, allí donde la presión del ruido da un lugar a espacios amplios, con el Hudson antes del horizonte.

Un día de mayo Pluto decidió irse de excursión por la aldea y no aparecía. Armada con sus botas de goma, María patea la aldea para avisar a sus vecinos por si lo ven.  Pensando en la reacción de su hija, le entraban sudores fríos. Sabia que difícilmente asimilaría su pérdida cuando ya había fecha para su traslado a su nuevo hogar.

Pasan días y por fin le dicen que lo han visto a unos dos kilómetros de casa con un perro blanco; los localizó y al llamarlo, con gesto compungido, Pluto se subió al coche y recibió cabizbajo el consiguiente rapapolvo sin moverse en el asiento trasero. El perro blanco, apenas una mancha de luz, se había ido apenas apareció el coche.

Pasaron  pocos meses, y un domingo llaman a María y le dicen que hay dos cachorros que han recogido en medio de un zarzal y creen por el color que son hijos de Pluto, -el único bóxer del entorno-. La madre de los cachorros, de color blanco, huyó al ver  a los humanos.

Llevaba abandonada meses, había cazado gallinas, lo que le valió los deseos de venganza de algunos vecinos de la aldea, pero era muy escurridiza. Los meses que estuvo por la zona se distinguió por su astucia y agilidad, no pudiendo cazarla nadie, pero le pudo su instinto de madre y después de una noche alrededor de un gallinero donde estaban sus cachorros, permitió que la cogieran ayudados por una lata de carne. Delgada, sucia y llena de pulgas, su prioridad era dar de mamar a dos cachorros tan hambrientos como ella. El veterinario avisa de que no tiene chip y una cicatriz de una gran herida cerca del cuello.

Parecía que una familia de la aldea se iba a hacer cargo y luego no, luego otra que la tenia en medio de la mugre y un cachorro a punto de asfixiarse,  hace que aterrice en el garaje de María, quien se encuentra de pronto con 4 perros...

En las siguientes 6 semanas pasaron por el garaje de María muchos jovencitos que la ayudaron a cuidar a los dos diablillos, -bautizados como Kharon y Nyx en honor a los satélites de Plutón-, y a su madre bautizada por los niños como Blanca,  quien siempre encuentra un rincón por donde escabullirse... y volver. La ayuda vino de Maloles, de Julia y Edu, pero también ayudaron Marquitos, Carlos, Gabriel, Lía, Pilar, Inés... Cuando no están los niños, la seguían los 4 como si María fuera mama gallina, destrozando bordes de pantalones, bolsas o zapatillas y era difícil de reñirles cuando al cogerles le miraban con sus ojos grandes e inocentes... El verano fue de todo menos tranquilo, ocupando la mente en tareas simples, algo que necesitaba María.

Un espíritu libre

Empieza la búsqueda de un hogar para los cachorros y para Blanca. Maria descartó quedársela, pues cree que lo ideal es que Blanca viva en una casa donde no vuelva a sentirse abandonada, y su vida, con cada hijo en un continente, está necesitada de menos responsabilidades y más libertad, ahora que su salud parece resentirse de tantas presiones y que como cientos de miles es víctima de esa corrupción que cuando llega abajo ni siquiera merece que se la nombre y al resistirse a ella, hasta puede estar mal visto, no se encuentra con fuerzas. Y Kharon y Nyx pronto encuentran dos buenas familias que los acogen.

Es indudable que Blanca es un espíritu libre. Su larga estancia en los bosques de Galicia, donde tenía que cazar para comer, la han hecho una superviviente; sus  saltos ágiles y casi imposibles, su capacidad para escurrirse por cualquier rincón… Indudablemente fue maltratada, ya que la presencia de algunos hombres, coger un palo o algún ruido, provocaba su huida o su sumisión total. Costó que entrara en casa, incluso tentándola con un rico hueso...

Y María empezó a buscar un hogar para ella. Su edad indeterminada, entre 2 y 8 años, no favorecía el tema. Le sorprendió que no sabía jugar... una pelota no significaba nada, tampoco un palo; peor: un palo es una amenaza, no algo que se pueda ir a recoger saltando y llevándoselo a su dueño. Sin duda fue educada a palos y luego abandonada...

Asociaciones protectoras de animales

En el 2014, España tenía el dudoso honor de ser el país europeo que mas mascotas abandonaba. En el año 2015 más de 100.000 perros serán recogidos por sociedades protectoras pero no es suficiente para tanto abandono

Blanca ha sido esterilizada para evitar otra camada de cachorros, cuando los albergues no dan ya para tanto perro abandonado. Las asociaciones como Gatocán o Apadán hacen una gran labor facilitando la esterilización de animales a precios módicos, sustituyendo a la Administración en una labor de concienciación e intendencia que no hace.

La mirada de un perro, sea de la edad que sea, nos vuelve a la inocencia de la infancia. Las travesuras de los cachorros nos hablan de vida, de alegría, de belleza. La mirada de Blanca nos habla de su lealtad y de que si en algún momento cazó a una gallina, era por hambre y para alimentar a sus cachorros. 

Se aproximan las Navidades y cientos de cachorros serán adoptados para después ser abandonados a su suerte en cualquier monte. Tenemos muchos problemas, pero ello no es óbice para que nos responsabilicemos de seres vivos a nuestro cargo. Además del peligro para el tráfico, está el dolor  gratuito a quienes lo dan todo a cambio de nada. Hoy escucho que una juez ha condenado a 8 meses de prisión a un “elemento” que mató a golpes a un caballo después de perder una carrera. Otro dejó morir de hambre a su perro…, pero, ¿quienes son los animales?  Es tan difícil de entender... ¿Quién abandona a un perro? Yo diría que una mala persona o simplemente un inconsciente. Hay muchas disculpas, pero ninguna válida. Se supone que los humanos lo somos porque somos capaces de responsabilizarnos de nuestras decisiones y ello vale para todos los aspectos de la vida y es una lección que también nos enseñan los perros si estamos dispuestos a aprenderla.

El final de la búsqueda
La búsqueda de una casa para Blanca fue más difícil de lo que en principio parecía y después de varios intentos que no llegaron a buen término pasó la fecha que María se había puesto de límite para dejar de buscar y quedarse con Blanca. Y aún que sus próximas ausencias para ver a su futura nieta en Polonia o a su hija en NY, harán que inevitablemente pueda sentirse de nuevo abandonada. Blanca tendrá al menos comida y un refugio.
Ayer, como otros días, se vio al anochecer por una aldea gallega, pasear a dos cómplices; una sigue el camino entre los bosques, la otra va saltando por las cunetas y vuelve; se escurre entre zarzales y vuelve, se va a correr entre la hierba cortada de un campo y vuelve y así hasta que las dos dan la vuelta para volver a casa a cenar. La  mirada de Blanca llena de gratitud toda la cocina. La angustia de María ha cedido y ya no tiene pesadillas que la despiertan empapada en sudor a las 4 de la mañana. Y es que no hay heridas en el alma que no cure el amor, ni amor más incondicional que el de un perro hacia su dueño.

 

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