Rosberg se pone líder con su victoria en Mónaco y nuevo doblete de Mercedes

Tensión en el podium entre los pilotos de Mercedes/eurosport.com
Tensión en el podium entre los pilotos de Mercedes/eurosport.com

En Mónaco se ha producido un nuevo doblete de la escudería Mercedes, en una carrera en la que el espectáculo vino de la mano de incidentes y sucesos curiosos.

Rosberg se pone líder con su victoria en Mónaco y nuevo doblete de Mercedes

Como ya se anunció, el circuito de Mónaco es lento y estrecho, por lo que es muy difícil adelantar, sin embargo no impide que haya espectáculo. Y es que la carrera del principado está abonada a los sobresaltos, así lo que en condiciones normales sería un tren de monoplazas consumiendo vueltas, en Mónaco se convierte en una ruleta donde no sabes donde caerá la bolita.

En la salida un inspirado Vettel conseguía poner las cosas en su sitio en Red Bull al adelantar a Ricciardo y ponerse tercero. El australiano se quedaba dormido en la salida, tapando a Alonso, mientras Kimi que venía despierto de casa les robaba la cartera a ambos colocándose cuarto. Los Mercedes a lo suyo, primero Rosberg y Hamilton segundo. Pronto la bolita volvería a hacer de las suyas, en la bajada de Mirabeau Perez y Button descubren que en la mayor parte de las curvas de Mónaco sólo cabe un coche, resultado el Checo cruzado en medio de la pista, Safety car.

El espíritu de Webber

Así los pilotos acababan la primera vuelta neutralizados tras el Safety, momento en el que algunos aprovechaban para curar las “heridas” de sus coches en boxes. En la reanudación sorprende ver pasar a Kimi por delante de Vettel, lo que confirma que está despierto. Dos curvas después descubriríamos que no era para tanto y es que el bueno de Seb parece haber heredado la suerte de Webber, con problemas en el motor eléctrico. Tras una lenta parada en boxes volvería a pista, para descubrir que ésta vez era el cambio el que se empeñaba en mantener la primera velocidad, nuevo abandono.

Las siguientes vueltas se transformaron en un tedio en la línea de lo habitual, con monoplazas que no son capaces de sonar entre las calles de Mónaco, e incluso no transmiten sensación de velocidad. Así los dos Mercedes se escapaban con Hamilton pegado al difusor de Rosberg por lo que pudiera pasar y pensando en el pit stop, por detrás Kimi trata de mantener las distancias con Ricciardo, al que sigue Alonso a cuatro segundos. Tras ellos poco peligro, con Magnusen a casi diez segundos del asturiano. Según las estrategias el primer y único repostaje se vería a partir de la vuelta 20, por si acaso Ricciardo apretaba el ritmo y se pegaba a Raikkonen. Y en ese momento Santa Devotta (patrona de Mónaco) hizo girar de nuevo la ruleta.

Adrian Sutil perdía el control a la salida del túnel estrellando su Force India contra las protecciones y dejando un reguero de piezas en la pista, nuevo safety car.

Estrés en boxes

Así los equipos llamaban a sus pilotos para aprovechar la neutralización y realizar la parada. Para Mercedes y Ferrari sería una doble parada al tener a ambos monoplazas pegados en pista, solucionada sin problemas. El espectáculo estaba por llegar, sin esperar a la retirada del safety.

Por una parte Kimi volvería a parar en boxes dos vueltas después al sufrir un toque con Chilton mientras éste se desdoblaba en el reagrupamiento, Alonso cuarto. Mientras Hamilton frustrado al ver esfumarse su única posibilidad de adelantamiento, se embarcaba en un diálogo de besugos con sus ingenieros. Así el piloto inglés no entendía por qué sus ingenieros no lo habían metido una vuelta antes en boxes. No olvidemos un detalle sin importancia, y es que eso supondría que serían capaces de adivinar el accidente de Sutil. Es de suponer que Hamilton, acostumbrado a que todo salga tan bien, pretenda que Mercedes tenga un departamento de “pitonisos” infalibles. Tres vueltas después y ya recuperado, insistiría en saber si es que iba a llover, aunque en ese momento incluso firmaba un nuevo Tsunami en Tabac.

Conducción ecológica

Cuando se esperaba un nuevo stint soporífero, la bolita giraba de nuevo, y es que los muchachos de Mercedes, concienciados al máximo con el medio ambiente, se daban cuenta de que el monoplaza de Rosberg iba justo de combustible. En esta nueva F1 el consumo es importante, pero en un circuito como Mónaco donde los 100 litros de depósito sobran, tampoco hay que escatimar. Así el alemán había salido con dos litros menos que Hamilton. Las transmisiones de radio se sucedían, con Rosberg pilotando en modo “taxista” y Hamilton con el botón de modo “avión” pulsado a tope. Sin embargo Rosberg demostró ser un “taxi express” logrando ahorrar combustible y marcar vueltas rápidas a la vez, mientras Hámilton no encontraba pista suficiente para hacer despegar el avión, nuevo debate en la radio.

Comisarios valientes

Recuperada la calma Santa Devotta decidía echar mano de la bolita, Bottas rompía el motor de su Williams en la vuelta 50, y lo aparcaba en la orquilla de Loews, la curva más lenta y estrecha de todo el mundial. La amenaza de safety se respiraba en boxes, y algún equipo se preparaba para el repostaje, sin embargo los comisarios de Mónaco, gente valiente que roza lo temerario, lograban sacar rápidamente el coche con una grúa. Pocas vueltas después Gutiérrez intentaba romper cerillas en la Rascasse, dejándose la rueda en el guardarrail y bloqueando la entrada a boxes, nueva amenaza de safety y la entrada al pit bloqueada, nervios en los equipos. Los comisarios de la Rascasse decidían no ser menos que los de Loews y no dudaban en saltar a pista para sacar el coche de Gutiérrez a pulso, con los monoplazas pasando a su alrededor.

Esto es Mónaco

Y es que en las calles del principado la carrera sólo se acaba cuando ondea la bandera a cuadros. A doce vueltas del final Rosberg mantenía a Hamilton a 8 segundos, con Ricciardo a diez del inglés y Alonso viendo los yates ya a más de 20 del australiano. Y de repente saltan las alarmas, movimiento en el box de Mercedes, con los mecánicos desplegados en el pit stop. Y es que es posible que Santa Devotta decidiese demostrar que las sorpresas en Mónaco sólo las decide ella. Así en uno de los hechos más insólitos de la Fórmula 1, Hamilton se quejaba de que no veía por el ojo izquierdo, tenía algo metido. Tras la sorpresa inicial, decide continuar en pista, obstinado en perseguir a Rosberg. Mientras tanto Ricciardo ve su oportunidad, y decide irse a por el inglés, al que cazaría a cuatro vueltas del final. Santa Devotta satisfecha con el escarmiento a Louis, decide que es suficiente, y Ricciardo debe conformarse con la tercera plaza.

Para el final quedaría Kimi, que a cinco vueltas del final, aún no tenía claro si en Loews entraban dos coches a la vez, Magnussen le confirmaría que no, los dos coches a la valla y amenaza de safety. Los comisarios de Loews, que deben estar picados con los de la Rascasse, desatascaban los dos coches y conseguían que continuasen la carrera.

Mención aparte merece Jules Bianchi, que con su modesto Marussia lograba alcanzar la octava posición, la primera vez que la escudería lograba meter un coche en los puntos tras cuatro temporadas. Desgraciadamente una penalización de cinco segundos lo haría bajar hasta la novena, aún así dos puntos que le saben a gloria a su escudería. Cosas de Mónaco.

¿Tensión en Mercedes?

Con la bandera a cuadros, terminaba el sufrimiento, con Rosberg primero, seguido de Hamilton y un feliz Ricciardo. El australiano vive momentos de vino y rosas, superando de forma sistemática a su compañero de equipo. La tensión entre los pilotos de Mercedes era palpable, con Hamilton con cara de pocos amigos y sin acercarse a Rosberg en la entrega de trofeos. Con esta victoria Rosberg recupera el liderato del campeonato de constructores. Parece que el idilio empieza a romperse en la escudería de la estrella, el siguiente episodio en Canadá.

Fernando Alonso

Ahora deberíamos hablar de la carrera de Fernando, cuarto, bien, gracias. Y es que el asturiano nos regaló una carrera de lo más soporífera. Tras atascarse entre los Red Bull en la salida y perder un puesto, se mantendría sexto y a la expectativa, sólo el abandono de Vettel y los incidentes de Raikkonen, lograrían darle la cuarta plaza. La parte buena es que parece que el monoplaza parece haberse despegado con claridad de la parte media de la parrilla, con Hulkemberg quinto a un minuto. La parte mala es que Mercedes sigue lejos y Red Bull encuentra un ritmo superior en carrera. Sin rivales por delante ni por detrás, sólo quedaba llevar el coche a meta sin sobresaltos y disfrutar de las vistas, misión cumplida.

Clasificación final Gran Premio de Mónaco
1º Nico Rosberg (Mercedes)
2º Louis Hamilton (Mercedes)
3º Daniel Ricciardo (Red Bull)
4º Fernando Alonso (Ferrari)
5º Nico Hulkenberg (Force India)
6º Jenson Button (Mclaren)
7º Felipe Massa (Williams)
8º Romain Grosjean (Lotus)
9º Jules Bianchi (Marussia)
10º Kevin Magnussen (Mclaren)
11º Marcus Ericsson (Caterham)
12º Kimi Raikkonen (Ferrari)
13º Kamui Kobayashi (Caterham)
14º Max Chilton (Marussia)

 

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