Rosberg se lleva el Gran Premio de Alemania con una nueva exhibición de Hamilton

Siempre que una escudería domina de forma aplastante en la Fórmula 1, empiezan a correr ríos de tinta sobre alguna solución innovadora y al borde de lo legal. Desde el “Mass Damper” de Renault, los difusores de Brawn Gp o los alerones flexibles de Red Bull. Desde hace semanas se venía hablando de la suspensión FRIC, empleada por algunas escuderías, y que según algunos especialistas era clave en el rendimiento de Mercedes. Así la FIA decidió prohibirla, con el claro objetivo de equilibrar las fuerzas dentro de la parrilla. Craso error.

La clasificación del sábado se encargaba de dejar bien claro que todo seguía casi igual, con una pole cómoda para Rosberg. El casi se lo lleva Hamilton, que tras una avería, sufría un accidente quedando decimoquinto. Para más INRI optaba por sustituir la caja de cambios, lo que le penalizaba 5 puestos, saliendo vigésimo y para darle más emoción, montaba ruedas duras. Por detrás, los Williams demostraban que lo suyo no es casualidad, saliendo segundo y tercero, delante de un sorprendente Magnussen, y los dos Red Bull. Alonso ya lo advirtió el viernes: “ni FRIC, ni FRAC, ni FRUC”, séptimo y a la espera de milagros.

Nuevo susto

En la salida Rosberg optaba por el modo cohete y se despedía de sus compañeros, él no está para esas cosas del cuerpo a cuerpo. Magnussen espoleado por su buena clasificación buscaba mayor gloria por el interior de la primera curva, hasta que Massa decidió que él también iba a pasar por ahí. El resultado, un toque rueda a rueda y una espectacular voltereta del Williams del brasileño, que firma su segunda carrera abandonando en la primera vuelta por accidente. Pese a lo espectacular de las imágenes, Massa saldría ileso aunque extremadamente enfadado de su monoplaza. El peor parado sería Ricciardo que, para evitar el Williams, se vería obligado a salirse del circuito, incorporándose decimoquinto. Alonso, por encima del bien y del mal, adelantaba a tres coches de un tirón sin despeinarse y Hamilton era decimoséptimo, velando armas tras el coche de seguridad.

On Fire 2.0

La rápida intervención de los comisarios permitía que se relanzase la carrera en la vuelta tres, donde Rosberg volvía a demostrar vivir otra realidad, marcando una vuelta rápida y dejando a los muchachos a “sus cosas”. Bottas, encantado de haberse conocido, empezaba a especular con un segundo puesto, por delante de Vettel que aspiraba a cotas mayores, y Alonso que no sabía que hacía allí con ese coche. Por detrás Hamilton activaba de nuevo el modo “on fire” y obligaba a Ricciardo a hacer lo mismo. Así en la sexta vuelta el inglés pasaba el decimotercero, con el australiano dos puestos por delante enviándole rivales. En la vuelta 10 Ricciardo se encontraba con Raikkonen, al que no le gustaba ese juego y decidía plantear batalla, mientras Hamilton que ya era décimo, acechaba a ambos. Una vuelta después el inglés, preocupado de que se le apagase el fuego por rodar tan despacio, les pegaba un hachazo mayúsculo, adelantando al Red Bull y al Ferrari en la misma curva. A partir de esa vuelta empezaba el baile de repostajes de los pilotos que salían con ruedas blandas, en la vuelta 17 Hamilton ya era segundo, aunque sin hacer su parada.

Y es que con el mundial en juego, al inglés no le quedaba más remedio que jugarse el todo por el todo en busca de la remontada. En la vuelta 27 paraba a repostar, saliendo octavo, y diez vueltas después tras otro recital era tercero de pleno derecho.

La otra carrera

Con Hamilton en modo “on fire” poco importa lo que sucede en el resto de la parrilla. Entre los “mortales” destacaba un nuevo duelo entre Alonso y Vettel, que se iniciaba con un baile de estrategias, y se consumaba con una nueva pasada del español cuando el alemán salía de boxes. Así durante 12 vueltas Vettel acechaba de nuevo el alerón trasero del Ferrari, sin lograr el objetivo, por lo que optaban por el plan B. Y el plan B con Ferrari suele ser cambiarles la estrategia, así Red Bull adelantaba la parada de Vettel mientras que Ferrari se dedicaba a cábalas extrañas y cálculos oscuros dejando a Alonso en pista. La conclusión, es evidente, Vettel salía por delante de Alonso y le dejaba de propina a Button y a Ricciardo. El australiano hacía méritos para que Vettel le quiera como amigo, defendiendo la plaza con uñas y dientes de los ataques de Alonso, que veía desesperado que Vettel se escapaba. Finalmente el asturiano lograba adelantarle a costa de castigar en exceso sus neumáticos, lo que le obligaría a defender la posición hasta el final de la carrera.

El rey tranquilo

Mientras el pueblo se disputaba las migajas Rosberg se paseaba por el circuito, gestionando con calma la distancia con Bottas. El finlandés tenía claro desde el principio que contra el rey y en su casa, poco se puede hacer, y se limitaba a asegurar la segunda plaza, ante los movimientos del príncipe Hamilton.

Por si no era suficiente, dirección de carrera decidía echarle una mano a un piloto alemán de una escudería alemana que corría una carrera en Alemania. Así pese al espectacular incendio del coche de Kvyat en la escapatoria, decidían dejar aparcado el coche de seguridad. Más sangrante sería unas vueltas después, cuando Sutil dejaba su Sauber cruzado en la meta, obligando a los comisarios a jugarse el tipo para retirarlo.  

El final de carrera no deparaba sorpresas con Rosberg primero, Bottas segundo y un desfondado Hamilton tercero que era incapaz de intimidar al finlandés. Así la fiesta Mercedes, perdón podio, era una nube de alegría y felicidad. Por un lado Rosberg que ganaba la carrera de casa, celebrando así el mundial de Alemania, su reciente renovación y su boda. Por su parte Bottas, le daba el tercer podium consecutivo a Williams, algo que no sucedía desde 2.003.

Vencedor moral

Probablemente el hombre más feliz en el podium haya sido Lewis Hamilton. Y es que tras una desastrosa clasificación lograba mitigar daños al máximo con una espectacular remontada, que le lleva a los libros sagrados de la Historia de la Fórmula 1. Es posible que la regularidad de Rosberg le quite este mundial, pero es justo reconocer que suyas están siendo las actuaciones más espectaculares de esta temporada. Y es que pese a que pueda parecer sencillo con un Mercedes, maniobras como la pasada a Ricciardo y Raikkonen merecen el respeto de todos los aficionados.