Una tasa a los megarricos: la propuesta de unos economistas para financiar un fondo climático global

Jeff Bezos, fundador de Amazon; Mark Zuckerberg, fundador de Facebook; y Elon Musk, fundador de PayPal, Tesla y Space X. RR SS.
Jeff Bezos, fundador de Amazon; Mark Zuckerberg, fundador de Facebook; y Elon Musk, fundador de PayPal, Tesla y CEO de Twitter. / RR SS

La propuesta afectaría solo al 0,0001% de la población adulta mundial, lo que equivale a las 65.130 personas que tienen un patrimonio mayor a los 100 millones de dólares.

Una tasa a los megarricos: la propuesta de unos economistas para financiar un fondo climático global

Investigadores del Laboratorio de Desigualdad Mundial abogan por la creación de una tasa climática internacional sobre las mayores fortunas del planeta. Lucas Chancel y Thomas Piketty, economistas de este grupo, han propuesto que a las 65.130 personas que tienen un patrimonio superior a los 100 millones de dólares (equivalentes a 92 millones de euros), que suponen el 0,001% de la población adulta mundial, se les imponga un gravamen comprendido entre el 1,5% y el 3% de su fortuna para ayudar a los que menos tienen a adaptarse al calentamiento global, un fenómeno estrechamente relacionado con la quema de los combustibles fósiles y las grandes empresas.

Según el Informe de Desigualdad Climática 2023, que firman, además de Chancel y Piketty, los economistas Philipp Bothe y Tancrède Voituriez, si se impusiera esta tasa, la recaudación anual sería de 295.000 millones de dólares, mientras que los flujos de financiación rondan los 29.000 millones de dólares, frente a los 200.000 millones a los que ascienden las necesidades reales.

La meta es cerrar la brecha de financiación

En la COP27, la última cumbre del clima, celebrada a finales de 2022 en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, se acordó la creación de un fondo de compensación para los países más pobres, sin embargo, no se especificó cómo se nutre ese instrumento y a quién debe ir dirigido. Además, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha propuesto que se graven los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, el sector que es el principal emisor de gases de efecto invernadero. Ahora, este grupo de economistas da un paso adelante y propone, entre otras medidas, el establecimiento de una tasa climática internacional sobre las grandes fortunas.

La propuesta del Laboratorio de Desigualdad Mundial contempla cierta progresividad y establecen que aquellos cuyos activos netos estén entre los 100 y los 1.000 millones de dólares (62.380 personas) la tasa sería del 1,5%; para aquellos con un patrimonio de entre 1.000 y 10.000 millones (2.584 individuos) el gravamen sería del 2%; para las fortunas de entre 10.000 y 100.000 millones (155 adultos) el tipo sería del 2,5%; y para las 11 personas que tienen más de 100.000 millones sería del 3%.

Ahora bien, los autores razonan que “es poco probable que se logre un acuerdo global sobre un impuesto sobre la riqueza extrema para financiar la adaptación y mitigación del cambio climático en un futuro próximo”. Sin embargo, consideran que “una medida de este tipo puede ser iniciada por un grupo de países sin necesidad del consenso” en las cumbres del clima de la ONU”. De hecho, “si Estados Unidos y los países europeos implementaran tal impuesto, recaudarían alrededor de 175.000 millones cada año”: 121.000 en EE UU y 56.000 en Europa. Una cantidad importante que “podría redistribuirse total o parcialmente hacia un fondo climático global, sin costo para el 99,99% de la población de estos países”.

Desigualdad climática y las causas

Otro de los puntos que se explica en el informe es la desigualdad de la crisis climática y las causas, entre las que se encuentran un desequilibrio gigantesco. “Los impactos climáticos no están distribuidos equitativamente en todo el mundo: de media, los países de ingresos bajos y medios sufren mayores impactos que sus contrapartes más ricas”. En este sentido, si se acude a las causas, también se encuentra un desequilibrio tremendo. “Todos los individuos contribuyen a las emisiones, pero no de la misma manera. El 10% de los mayores emisores mundiales de dióxido de carbono genera casi la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero” del planeta.

Asimismo, el análisis establece que la lucha climática y la batalla por terminar con la pobreza mundial no son incompatibles y realiza algunas recomendaciones a los Gobiernos que el grupo de economistas considera que están al alcance de los dirigentes y son relativamente fáciles de aplicar: impuestos sobre el exceso de beneficios o las ayudas a financiar la adaptación y la mitigación del cambio climático “sin perjudicar desproporcionadamente” a los grupos de población con ingresos más bajos.

Además, se apunta a otras de las asignaturas pendientes en la lucha contra el calentamiento global: la eliminación de las ayudas públicas, resaltando el ejemplo positivo que el Gobierno de Indonesia ha llevado a cabo en este aspecto. @mundiario

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