Más del 60% de la población de América Latina y el Caribe carece de servicios de agua

Según la ONU, invertir en infraestructuras hidráulicas y saneamiento generaría 3,6 millones de empleos. Dicha inversión debería ser el equivalente al 1,3% del PIB de la región durante la próxima década.
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dijo este miércoles que América Latina debe fomentar las inversiones en las infraestructuras hidráulicas y los servicios de saneamiento relacionados con el agua para mejorar el bienestar y calidad de vida de la población y reactivar la economía de la región. Esta observación la hizo el funcionario durante la inauguración de la tercera edición de los Diálogos Regionales del Agua, que se celebra hasta el viernes 3 de febrero en la sede del organismo de las Naciones Unidas en Santiago de Chile.
Según el secretario ejecutivo de la CEPAL, la transición hídrica “generaría 3,6 millones de empleos verdes y los correspondientes nuevos ingresos familiares, constituyéndose así en un eje de recuperación transformadora de la economía de los países, reduciendo contaminantes y aumentando la resiliencia ante el cambio climático y amenazas sanitaria tales como la pandemia. Es un esfuerzo importante, pero no imposible”.
Esta reunión con sede en Santiago de Chile es una antesala a la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas 2023, que tendrá lugar en marzo en Nueva York, y tiene como propósito evaluar el progreso relacionado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6: garantizar la disponibilidad del agua y su gestión sostenible y saneamiento para todos.
Desigualdad latente
Salazar-Xirinachs, recordó que si bien el agua es reconocida como un derecho humano desde 2010, en América Latina y el Caribe una gran parte de la población aún carece de servicios de agua y saneamiento manejados de forma segura. De hecho, el 25% de las personas no cuentan con acceso a agua potable (es decir, 161 millones de personas), mientras que el 66% de la población de la región (el equivalente a 431 millones de personas) no tiene acceso a servicios de saneamiento manejados de manera segura.
“El quintil más vulnerable sufre más esta situación, con un 25% menos de acceso a estos servicios. Además, y debido a la progresividad de los sistemas tarifarios de agua, este quintil de mayores necesidades puede pagar hasta el doble, proporcionalmente, que el quintil más rico”, alertó.
Del ciclo natural del agua, de sus flujos en cantidad y calidad suficientes, dependen tanto la vida humana como la integridad ecosistémica que alimenta gran parte de las actividades económicas fundamentales para el desarrollo sostenible. Por consiguiente, es preciso reconocer que el agua es clave y transversal para prácticamente “la agricultura, la industria y la minería, y de manera muy especial para los principales sectores transformadores, entre los que destacan la bioeconomía, las energías renovables, la biodiversidad, la economía circular y el turismo sostenible”, añadió. @mundiario