Una fuerte tormenta de arena en Irak deja más de 5.000 personas hospitalizadas

Seis de las 18 provincias del país sufrieron los efectos de la séptima tormenta producida en lo que va de mes.
Las consecuencias del cambio climático ya son visibles. Y es que más de 5.000 personas en Irak han sido atendidas en hospitales tras presentar problemas respiratorios producto de las tormentas de arena que azotan el centro y oeste del país desde el pasado domingo.
Este fenómeno se ha convertido en algo habitual en los últimos años en la nación árabe, sin embargo, la séptima tormenta de arena producida este mes, ha cobrado la vida de una persona en Bagdad. Ante esto, el portavoz del Ministerio de Salud, Seyf al-Bedr, pidió a la población, sobre todo a los que padecen enfermedades respiratorias, que se queden en casa.
¿Cuáles son las causas de este fenómeno?
Las tormentas de arena y polvo están directamente relacionadas con los fuertes vientos que arrastran los fragmentos sueltos de la degradación del suelo y la sequía causada por el cambio climático, y según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), “constituyen peligros meteorológicos comunes en las regiones áridas y semiáridas”, siendo África septentrional, la Península Arábiga, Asia Central y China los países más afectados.
De hecho, en marzo el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un estudio en el que concluía que las temperaturas en Oriente Medio y en Asia central aumentaron 1,5 grados Celsius desde los años 1990, lo que provoca sequías y causa más de 2.600 muertes al año. Suceso que además amenaza la seguridad alimentaria de Irak, un país con más de 40 millones de habitantes, que aún no se recupera de años de guerras y conflictos armados.
Asimismo, el Banco Mundial había advertido en noviembre que Irak podría sufrir una caída del 20% en los recursos hídricos para 2050 debido al cambio climático. Y es que la escasez de lluvias ha hecho descender los niveles de agua del Tigris y el Éufrates (ríos de Asia Occidental que atraviesan Irak).
Al respecto, una autoridad gubernamental presentó el mes pasado un panorama preocupante. El mismo señala que Irak podría afrontar “272 días de polvo” al año en las próximas décadas.
Ante esto, el Ministerio de Medio Ambiente planteó contrarrestar el fenómeno “aumentando la cobertura vegetal y creando bosques que actúen como cortavientos”. @mundiario