Es necesario actuar para evitar que la crisis africana se convierta en catástrofe
Más de 43 millones de personas de Etiopía, Kenia y Somalia se enfrentan a una de las peores sequías de la historia reciente. La ONU y sus socios piden un apoyo sostenido a los planes humanitarios.
“Con una crisis amenazando a millones de personas en el Cuerno de África, la comunidad internacional no puede permitirse quedarse de brazos cruzados”, afirmó el secretario general de la ONU, António Guterres, en un acto de promesas de contribuciones para recaudar 7.000 millones de dólares para la región. Y es que, más de 43 millones de personas de Etiopía, Kenia y Somalia siguen sufriendo una de las peores sequías de la historia reciente, causada por cinco temporadas consecutivas de escasas lluvias.
Este acto de compromiso fue convocado por la ONU e Italia, Catar, Reino Unido y Estados Unidos, en colaboración con los tres países afectados. António Guterres, por su parte, señaló que se debe actuar “para evitar que la crisis se convierta en catástrofe”. “Actuemos juntos ahora, con mayor urgencia y mucho más apoyo”, añadió.
El titular de la ONU explicó que ha visto de primera mano el devastador impacto de la sequía durante sus recientes visitas a Kenia y Somalia. Asegura que familias enteras han abandonado sus hogares en busca de agua, alimentos e ingresos. “Me conmovieron profundamente sus luchas. Y me inspiró su resistencia, valor y determinación para reconstruir sus vidas. Pero no pueden hacerlo solos”, dijo.
Apoyo necesario
Para Guterres, “la acción marcará la diferencia”. El año pasado los donantes prestaron ayuda vital a 20 millones de personas y contribuyeron a evitar una hambruna. Ahora, es necesario un mayor apoyo a los planes humanitarios, ya que en la actualidad solo están financiadas en menos de un 20%. “Esto es inaceptable”, expresó y advirtió que, sin una inyección financiera inmediata, “las operaciones de emergencia se paralizarán y la gente morirá”.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) indicaron que la sequía que asoló Somalia el año pasado se cobró 40.000 vidas, de las cuales la mitad eran niños menores de cinco años.
Esta lamentable situación se debe a “una crisis climática que no han provocado”. Por consiguiente, “les debemos solidaridad. Les debemos ayuda. Y les debemos un poco de esperanza en el futuro. Esto significa actuar de inmediato para garantizar su supervivencia. Y significa una acción sostenida para ayudar a las comunidades de todo el Cuerno de África a adaptarse y crear resiliencia al cambio climático”, dijo Guterres. @mundiario
