Ambientalistas piden que se aplique en España la prohibición de vuelos cortos

Actualmente, en España hay cinco trayectos principales que se cubren de forma regular en avión que podrían realizarse en tren en un margen de dos horas y media, el límite de tiempo marcado por el decreto aprobado esta semana en Francia, donde se prohíbe los vuelos cortos cuando haya una alternativa ferroviaria. Estas rutas aéreas son: Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia, Madrid-Alicante, Madrid-Sevilla y Madrid-Málaga.

Ahora bien, esta nueva normativa francesa, pionera en el mundo de la prohibición de rutas aéreas para reducir las emisiones que causan el calentamiento del planeta, ha sido tan bien recibida en España que organizaciones como Ecologistas en Acción no han dudado en pedir la aprobación de un veto similar, que en este caso elimine desplazamientos en avión con una alternativa ferroviaria de hasta cuatro horas. Y es que, según los ambientalistas, entre 2013 y 2019 los vuelos domésticos de pasajeros aumentaron un 27% en el país, incrementándose las emisiones asociadas a estos viajes en avión un 30%, hasta alcanzar 3,15 millones de toneladas de CO2.

“Un decreto simbólico”

Esta petición de Ecologistas en Acción, junto a otras 13 entidades sociales, sindicales y juveniles, fue lo que en un principio quiso aplicar Francia, pero durante su tramitación se introdujeron cambios que bajaron su ambición al mínimo. La idea original, propuesta por la Convención Ciudadana para el Clima, contemplaba poner fin a los trayectos en avión con una alternativa en tren de menos de cuatro horas, lo que luego se redujo a dos horas y media. Además, según el diario Le Monde, de los 200.000 trayectos nacionales en avión anuales en Francia, la prohibición afecta a solo tres rutas aéreas —París (Orly)-Burdeos, París (Orly)-Lyon y París (Orly)-Nantes— con menos de 5000 viajes al año. No en vano, los defensores y detractores de la norma coinciden en que este decreto es más simbólico que efectivo.

En el caso de España, los activistas medioambientales señalan el trayecto en avión entre Madrid-Barcelona como uno de los más contaminantes de la aviación doméstica. Pablo Muñoz, coordinador de Aviación de Ecologistas en Acción, considera que esta ruta aérea “ha dejado de tener sentido”, pues el tren de alta velocidad hace tiempo que ha superado el avión en este trayecto. Aun así, los vuelos suponen un 24,2% de los desplazamientos.

Por otro lado, Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), organización de referencia del sector de la aviación en España, considera que la prohibición de vuelos en Francia es “una medida más efectista que efectiva” y rechaza replicar un decreto así en el país.

Gándara sostiene que en el caso de que una medida similar se implementase en España, representaría más repercusiones para los viajeros que para el medio ambiente. De hecho, pone como ejemplo un estudio reciente del Colegio de Ingenieros Aeronáuticos que cuantifica en 0,9% la reducción de las emisiones de aviación comercial. “Tendría un impacto muy grande en todos los pasajeros que vuelan en conexión a través de unos aeropuertos españoles porque a diferencia de Francia, donde sí que llega la alta velocidad a los aeropuertos, en España todavía no es el caso y no existe una solución multimodal, con lo cual una decisión de este tipo conllevaría que la mayoría de los pasajeros en conexión seguirían volando y emitiendo, pero a través de hubs situados en el extranjero”, explica.

Sin embargo, el representante de Ecologistas en Acción señala que este es un intento de los ingenieros aeronáuticos para desprestigiar este tipo de restricciones a la aviación. Además, esta no es la única acción necesaria. “Esto es una medida dentro de un coctel con muchas otras, sí se pueden conseguir reducciones significativas con la limitación de vuelos cortos, el resultado depende de la ambición. Este tipo de medidas son eficaces si son ambiciosas”, añade. @mundiario