Crisis climática: Estos fueron los 10 fenómenos extremos más caros de 2022

Un estudio de Christian Aid cifra en más de 168.100 millones de dólares las pérdidas aseguradas en los desastres meteorológicos de este año.
La cumbre del clima de la ONU (COP27), celebrada en noviembre en la ciudad egipcia de Sharm El-Sheikh, concluyó con el compromiso de crear un fondo de indemnización climática; un mecanismo que permitirá compensar las pérdidas y daños que ocasiona y ocasionará el calentamiento global. Dentro de las diversas naciones, Pakistán figura como el principal merecedor de esta compensación, ya que el país experimentó en verano unas tremendas inundaciones que acabaron con las vidas de más de mil personas y se convirtieron en el símbolo de los estragos que está generando la crisis climática en los países menos responsables del problema.
De hecho, António Guterres, Secretario General de la ONU, manifestó a inicios de octubre que Pakistán es víctima de “una sombría injusticia climática”, pues el país es responsable de menos del 1% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero aun así paga las consecuencias del “cambio climático provocado por la actividad humana”.
Por su parte, la ONG británica Christian Aid, presentó un estudio en el que señalan que las inundaciones de Pakistán forman parte de la lista de los 10 desastres meteorológicos más costosos de 2022.
Más que pérdidas materiales
De acuerdo al informe del organismo británico, los eventos vinculados a la crisis climática superan los 168.100 millones de dólares. Un cálculo basado en las pérdidas cubiertas por las aseguradoras, lo que hace suponer que es muy probable que “los verdaderos costes financieros sean aún más altos, mientras que los costes humanos a menudo no son contabilizados”, señala la ONG.
Ahora bien, que el estudio esté basado en los daños asegurados hace que el ranking lo encabecen fenómenos que golpean a las naciones más ricas, donde el valor de las propiedades es más alto y por consiguiente, la población puede permitirse pagar los seguros. Por ello, no es de extrañar que el huracán Ian y la sequía europea encabezaran la lista de eventos extremos con mayores costes.
El 26 de septiembre, el huracán Ian tocó tierra en Cuba como un ciclón de categoría 3, dejó a más de 11 millones de personas sin electricidad y provocó la muerte de tres personas. Sin embargo, dos días después aumentó a categoría 4 y llegó a Florida, donde se catalogó como el segundo huracán más mortífero en la historia de Estados Unidos, siendo superado solo por Katrina.
Los vientos de 240 kilómetros por hora y las fuertes inundaciones causaron la muerte de 130 personas y más de 100.000 millones de dólares en pérdidas materiales, según las estimaciones de Christian Aid.
Sequía en Europa
Según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), de la Comisión Europea, el verano de 2022 fue el más caluroso en la región desde al menos 1880. Ola de calor a la que se sumó una sequía que llevó a unos niveles bajísimos a algunos de los principales ríos europeos, como el Rin en Alemania, el Loira en Francia y el Po en Italia, mientras que en España las reservas de agua bajaron hasta unos niveles comparables con la gran sequía de mediados de los años noventa.
Esta situación provocó grandes impactos económicos en la agricultura, la economía, la ganadería y la generación de energía, cuyo coste supera los 20.000 millones de dólares.
Caso China
Las inundaciones no solo afectaron a Pakistán, también llegaron a una parte de China, donde se perdieron 12.300 millones de dólares en daños materiales, según estimaciones de la ONG. De hecho, el informe recuerda que el cambio climático tiene impactos en los cambios de los patrones de lluvias y que en el caso de China se esperan más lluvias torrenciales, lo que a su vez causarán más inundaciones.
Ahora bien, la situación de China es compleja, pues a pesar de las intensas lluvias, una parte importante del país estuvo sometida a las altas temperaturas y a una gran sequía, llegando a afectar hasta la generación de energía hidroeléctrica y al transporte fluvial. Las estimaciones de la organización británica indican que las pérdidas por estas causas ascienden a los 8.400 millones de dólares.
Inundaciones
Australia vivió, entre febrero y abril de este año, intensas lluvias que trajeron consigo unas importantes inundaciones, 27 muertos, más de 60.000 desplazados y unas pérdidas de 7.500 millones de dólares.
Una experiencia similar sufrió Pakistán, que desde junio a finales de agosto experimentó una temporada del monzón extremadamente intensa que inundó una importante parte del país. Más de 1.700 personas fallecieron y siete millones tuvieron que dejar sus hogares en unas anegaciones calificadas por el primer ministro del país, Shehbaz Sharif como “bíblicas”.
Los cálculos de la organización británica cifran en más de 5.600 millones de dólares los daños asegurados, mientras que el Banco Mundial estima que estos superan los 30.000 millones.
Por otro lado, en abril, Sudáfrica experimentó inundaciones y deslizamientos de tierras que obligaron a más de 40.000 personas a desplazarse de sus hogares. Un evento que superó los 3.000 millones de dólares en pérdidas.
Tormenta ‘Eunice’
En febrero, el norte y centro de Europa sufrió el golpe de la Tormenta Eunice. Una tempestad que causó 4.300 millones de dólares en daños, según Christian Aid. Las consecuencias se sintieron en Bélgica, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Polonia y Reino Unido.
Sequía en Brasil
La deforestación de la selva amazónica se relaciona con la reducción de las lluvias en la región. Ausencia que sumada a La Niña, un fenómeno meteorológico cíclico presente en América del Sur desde hace tres años, ha propiciado la pérdida de más de 4.000 millones de dólares este año.
Huracán Fiona
El huracán Fiona azotó a Puerto Rico en septiembre de 2022, dejando al 90% de la población sin electricidad, sin embargo, no paró allí. Avanzó hacia República Dominicana, donde 13.000 personas fueron desplazadas y 1,2 millones tuvieron cortes de agua, para posteriormente acabar en Canadá, convirtiéndose en el ciclón tropical más intenso de la historia de dicho país. Un evento climático que acabó con la vida de 25 personas y supera los 3.000 millones de dólares en pérdidas materiales.
Ante esta situación, el informe de Christian Aid aplaude el acuerdo “histórico” con el que se cerró la COP27, el mecanismo de indemnización climática, pero instan a los países a establecer cómo funciona este fondo. Consideran que el principio de “quien contamina paga debería ser la piedra angular”.
Además, recomiendan a los gobiernos a invertir en “la transición energética hacia las energías renovables” para evitar cebar el calentamiento global” y por supuesto, que los países más ricos apoyen a las naciones con menos recursos. @mundiario