VOX, la derecha radical europea llega a España

Presentación de la nueva fuerza política española Vox
Presentación de la nueva fuerza política española VOX. / Mundiario

Surge alineado desde el comienzo con Salvini-Le Pen-Orban-Wilders-AfD y demás grupos en auge, todos con la mirada puesta en las elecciones europeas donde el partido español podría obtener a lo sumo un escaño.

VOX, la derecha radical europea llega a España

El paisaje después de la larga crisis, es de ruinas o al menos de crisis. Crisis de los valores liberales e ilustrados, crisis del Estado de Bienestar.  La desaparición del trabajo en el sentido que históricamente hemos conocido y la globalización, son dos movimientos que han tenido la fuerza del tsunami, tras el terremoto de la crisis. Sobre esas ruinas crecen los partidos radicales europeos, de los que VOX es sólo el último ejemplo

No cabe sorprenderse con la irrupción de VOX en la política española. Lo sorprendente es que haya tardado tanto en llegar. Aznar ha presumido de haber mantenido unidos a todos los sectores de la derecha, tratando de desprestigiar algo más a Rajoy, pero también olvidando los profundos cambios que ha habido en todos los países occidentales, España entre ellos, como consecuencia de la crisis. La mayor heterogeneidad de la sociedad ha derivado en nuevos partidos políticos en España, Podemos y Ciudadanos, a izquierda y derecha respectivamente. Han surgido, conviene no olvidarlo, como reacción al bipartidismo hegemónico durante las décadas anteriores, habiendo fagocitado a Izquierda Unida y a UpyD, respectivamente.

Ahora surge VOX, alineado desde el comienzo con Salvini-Le Pen-Orban-Wilders-AfD y demás grupos en auge, todos con la mirada puesta en las elecciones europeas donde el partido español podría obtener a lo sumo un escaño. Una plataforma sin duda, pero incapaz de influir directamente en la política española. Estaría en niveles de voto, según las encuestas, similares a los del PACMA, el Partido Animalista que también podría lograr representación.

Si bien en España tendemos a identificar a la extrema derecha con lo más rancio del franquismo, lo que se está presentando en sociedad es un producto más complejo que subsume sus antecedentes históricos, de los que no reniega, en un programa populista, marcando enemigos externos comunes a todos los países: la Unión Europea, la inmigración, los valores liberales, los nacionalismos, la izquierda. Un programa emocional dirigido a las capas de la población con menos formación, en situación precaria o de exclusión laboral. 

A la vista tanto de los oradores como de los discursos en el acto de presentación en Madrid y a tenor de las encuestas, tendrán que madurar mucho para lograr cuotas representativas en las elecciones municipales y autonómicas. La denuncia de brocha gorda, las descalificaciones generales o las apelaciones a cambiar totalmente el tipo de Estado en el que vivimos, tienen corto alcance. En su afán por copiar ideas de todas las fuentes radicales del mundo han introducido algunas, como la tenencia de armas, absolutamente ajenas a la sociedad española. Lo más relevante es la presión que sufrirá el PP para evitar una sangría electoral, que puede acentuar aún más la deriva maximalista que está imprimiendo Casado. Todavía más relevante es la posibilidad de que un partido minoritario electoralmente pueda influir en la agenda política al introducir y exacerbar asuntos sobre los que no existe consenso, como la política catalana o la política inmigratoria.

VOX tiene una característica que lo hace particularmente incómodo. Para la política española, tan ensimismada en los asuntos internos y tan poco atenta a la política exterior, que fragüe una coalición europea radical, con capacidad de complicar aún más los complejos debates comunitarios, es muy mala noticia. Si en esa coalición el nuevo partido consigue tener al menos un diputado, los partidos españoles tendrán que acostumbrarse a debatir y explicar los asuntos europeos, algo que tradicionalmente no se ha hecho salvo en momentos singulares.

Desprestigiar a los recién llegados con cataratas de descalificaciones no tiene sentido. Ya lo harán ellos mismos con sus palabras. Lo cierto es que el paisaje después de la larga crisis, es de ruinas o al menos de crisis. Crisis de los valores liberales e ilustrados, crisis del Estado de Bienestar.  La desaparición del trabajo en el sentido que históricamente hemos conocido y la globalización, son dos movimientos que han tenido la fuerza del tsunami, tras el terremoto de la crisis. 

Por desgracia todavía hoy las formaciones políticas tradicionales no tienen respuestas convincentes a esos fenómenos, lo cual explica su declive electoral. Y cuando han logrado ponerse de acuerdo el resultado ha sido negativo, como lo fue  el respaldo a la política de austeridad impuesta por la derecha alemana y férreamente respaldada por la socialdemocracia del norte y centro de Europa, que ha dejado a los países del Sur en peores condiciones. Sobre esas ruinas crecen los partidos radicales europeos, de los que VOX es sólo el último ejemplo. @mundiario

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