Voluntarismo jurídico en el rechazo de los letrados del Congreso a que pueda investigarse al rey emérito

El Rey explica su abdicación. / Casa Real
El Rey explica su abdicación. / Casa Real
Los abogados apelan a los “efectos jurídicos permanentes” de la inviolabilidad de Juan Carlos I a pesar de su abdicación. Su conclusión carece de fundamento en el marco, que parecen también olvidar, de una monarquía parlamentaria dentro de un Estado social y democrático de Derecho.
Voluntarismo jurídico en el rechazo de los letrados del Congreso a que pueda investigarse al rey emérito

Los letrados del Congreso de los Diputados que han elaborado el informe solicitado por la presidenta  sobre la creación de  una comisión de investigación a Juan Carlos I, concluyen: "Las prerrogativas de inviolabilidad y no sujeción a responsabilidad, consagradas en el artículo 56.3 de la Constitución, son absolutas, abarcan la totalidad del periodo en que se ejerce la Jefatura del Estado y tienen efectos jurídicos permanentes".

Una conclusión que parece propia  de una monarquía medieval, la católico-hispánica, ejercida  de manera hegemónica en el escenario occidental. El dominio pro absoluto del monarca español sufrió la erosión de varias contes­taciones que, a la postre, contribuyeron no solo a denigrar (la dichosa Le­yenda Negra) sino, sobre todo, a oscurecerlo.  En este contexto, se produjo una procelosa obra por  nuestros  jurisprudentes  ofrecida  en la lengua europea propia del conocimiento, el latín. Estos juristas del príncipe crearon todo un sistema, todo un enjundioso discurso, nada monolítico ni férreo sino sazonado con variedad de opiniones, y que se desenvuelve en un largo periodo de tiempo, evolucionando convenientemente. Monarquía por supuesto, pero con límites o alcances; desigualdad político-social, también, más cada uno con el valladar de sus derechos; Iglesia y religión, desde luego, pero en su sitio y con autonomía mutua.

Una tradición de la que parecen herederos en la actualidad algunos letrados en Cortes, que parecen también beber en los aspectos más incontestables de ese poder absoluto del monarca, la inviolabilidad por todo el universo temporal y espacial de sus actos. Considero equivocada esta opinión de los letrados del Congreso, que, sin olvidar las funciones propias de control de las cámaras, ha sido asumido por la mayoría de la Mesa. La conclusión a la que llegan es un puro acto de voluntarismo jurídico que carece de fundamento en el marco, que estos letrados parecen también olvidar, de una monarquía parlamentaria dentro de un Estado social y democrático de Derecho. @mundiario

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