La virulencia de la campaña catalana deja un reguero de agresiones en las redes

Barcelona.
Barcelona.

Hace falta tiempo para que se produzca la necesaria catarsis que alumbre otra generación de dirigentes más pragmáticos, como ocurrió en el País Vasco tras el Plan Ibarretxe. La imagen de la Cataluña moderna está destrozada y la de Barcelona ha pasado de ser amigable a parecer hosca.

La virulencia de la campaña catalana deja un reguero de agresiones en las redes

Mediada la campaña electoral, las encuestas comienzan a aproximarse en sus predicciones. Equilibrio entre las dos tendencias, constitucionalistas y nacionalistas, con Comunes como bisagra. No es difícil prever que en ese escenario, los socios de Podemos darán la Presidencia de la Generalitat a los nacionalistas. La duda es sobre el candidato, es decir, si fuerzan la retirada de Puigdemont para optar por un candidato con mayor sensatez y capacidad de afrontar la catastrófica situación creada. Si actúan así, existiría al menos una oportunidad para el diálogo, muy difícil, con el Ejecutivo central, especialmente si la CUP se descuelga.

La posibilidad, defendida por Puigdemont, de repetir como candidato, llevaría a la repetición de elecciones en pocos meses. Es más que probable su encarcelamiento, siendo impresentable que cada mañana abandone la cárcel para acudir a su despacho. No le faltarán deseos de hacerlo, pero en su entorno aún deben de quedar restos de pensamiento inteligente con fuerza para disuadirlo.

Tanto en un caso como en otro, el problema no será fácil de reconducir pues las posiciones durante los últimos días se han aclarado mucho. Rajoy ha recordado que la ley se seguirá aplicando sin complejos. Los soberanistas han reiterado que seguirán en la misma vía, desechando el diálogo en el marco de la Constitución. Comunes, retrocederá electoralmente por lo que su posición, siendo decisiva para la Presidencia, será secundaria para la estrategia. De nuevo un escenario inestable que aventura nuevas elecciones.

En el lado constitucional, la progresión de Ciudadanos además de ser insuficiente, “no suma los votos necesarios” como  ha recordado Iceta

En el lado constitucional, la progresión de Ciudadanos además de ser insuficiente, “no suma los votos necesarios” como  ha recordado Iceta, omitiendo que el PSOE no está dispuesto a embarcarse en esa aventura. La virulencia de la campaña electoral está dejando un reguero de agresiones en las redes sociales además de acosos directos, siempre contra los partidos constitucionales. Estamos ya en lo peor de la política vasca durante los “años de plomo”, aunque aquí, de momento, sin violencia.

La dicotomía básica, soberanismo o constitucionalismo, apenas se ha movido en los últimos años, en torno a un 3%. La fortísima emocionalidad ha devenido en polarización extrema. Sólo la mayor afluencia a las urnas de quienes habitualmente votan en las elecciones generales para abstenerse en las elecciones autonómicas, puede mover algo los resultados. Si se añade que los votos constitucionales proceden mayoritariamente de la provincia de Barcelona, más perjudicada en la distribución de escaños, se comprende que incluso ganando en votos, la atribución de escaños perjudica a los partidos estatales.

Por otra parte, las investigaciones policiales y judiciales sobre la actuación del Gobierno destituido arrojan cada día mayores sorpresas: trama organizada, persecución policial e ilegal de dirigentes de la oposición, malversación... Los sumarios abiertos tardarán mucho tiempo en llegar a juicio por lo que sus efectos, importantes, serán retardados. Sólo después podrá producirse la necesaria catarsis que alumbre otra generación de dirigentes más pragmáticos, como ocurrió en el País Vasco tras el Plan Ibarretxe. Hasta ese momento la situación continuará siendo muy conflictiva, con un desgarro social ya evidente. La imagen de la Cataluña moderna está destrozada y la de Barcelona ha pasado de ser amigable a parecer hosca. Lleva años construir una buena reputación, pero se puede perder en muy poco tiempo. @mundiario

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