Que viene, que viene Ciudadanos

Albert Rivera en rueda de prensa. / Twitter
Albert Rivera en una rueda de prensa. / Twitter

El viento a favor que en este momento empuja al partido de Albert Rivera se hará notar en la próxima cita con las urnas.

Que viene, que viene Ciudadanos

La irrupción de Ciudadanos en el mapa municipal gallego es algo que hay que tomarse en serio. Lo contrario evidenciaría "una absoluta falta de criterio". Lo dice Xaquín Fernández Leiceaga, el portavoz socialista en O Hórreo, para quien el viento a favor que en este momento empuja al partido de Albert Rivera se hará notar en la próxima cita con las urnas también en Galicia, en las elecciones municipales de 2019. Leiceaga cree que el PSdeG - PSOE no será el más perjudicado por la entrada en escena de un nuevo actor político al que la ciudadanía ubica en el centro derecha del espectro ideológico. Aún así es probable que los socialistas también vean arañada una porción de su electorado sobre todo en las ciudades y en aquellas grandes y medianas localidades en las que no gobierna. 

El temor que formula Xocas es que la dirección del PSOE gallego minusvalore o directamente desprecie ese riesgo en la estrategia electoral a diseñar, que a su entender debe estar pensada muy en clave local, aprovechando las dos grandes fortalezas de su partido (que son justamente las debilidades de los de Rivera): una sólida estructura local y un apreciable balance de gestión allí donde gobernó o gobierna. Nadie puede cuestionar el "compromiso municipalista" de los socialistas gallegos, dice Leiceaga.

Entre sus correligionarios no ha gustado demasiado esta llamada de atención del portavoz parlamentario, si bien nadie le niega su acreditada capacidad de análisis de la realidad política gallega, debida en gran medida a una larga experiencia personal en ese ámbito, que arrancó en el nacionalismo y desembocó en su actual militancia en el Pesedegá, del que fue cabeza de cartel en las últimas elecciones autonómicas. La mayoría de los dirigentes del PSOE son partidarios de no dar carta de naturaleza a Ciudadanos como competidor electoral serio de los socialdemócratas. No se debe entrar al trapo. Prefieren ignorarlo, al partido como tal y, si se da el caso, a los antiguos militantes o cargos públicos socialistas que decidan sumarse a la aventura de Rivera, Arrimadas, Girauta y compañía, que alguno habrá. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.   

Leiceaga llama a los suyos a no fiarse de las encuestas o estudios demoscópicos que circulan entre los partidos gallegos y que supuestamente apuntan a que Ciudadanos tendrá en Galicia unos resultados muy por debajo de los que obtendrá en la mayoría de las comunidades, especialmente en aquellas donde se celebran simultáneamente las elecciones y las autonómicas y en la convulsa Cataluña, donde eclosionó. Los de Rivera parten casi de cero y se van a disparar.

En el Pepedegá, aunque no lo manifiesten, la preocupación ante el desembarco de Cs, lógicamente, es mayor y va a más. Los estrategas del equipo de Feijóo no se atreven a calcular en qué medida les puede perjudicar la aparición de un nuevo competidor en su mismo terreno ideológico justo en el momento en que menos poder local tienen los populares, máxime si algunos de los candidatos estrella del partido naranja han sido referentes o figuras destacadas del PP. No temen, como en otros sitios de España, el "sorpasso".  Sin embargo, los "peperos" se preparan a conciencia para el envite. Como es natural, van a poner el acento en la figura de Don Alberto como líder experimentado y de solvencia acreditada y en el balance de su gestión al frente de la Xunta. También esperan convencer a los votantes menos fieles de que el PP es un partido con solera, netamente gallego, nacido aquí ( y "el que más se parece a Galicia"), y Ciudadanos, un experimento político de laboratorio, un invento que viene de fuera y del que, precisamente por reciente y ajeno, hay que desconfiar. @mundiario

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