Maduro reprimió a los opositores y también sacó a los suyos a la calle

Marcha de la oposición en Venezuela. / Twitter
Marcha de la oposición en Venezuela. / Twitter

Una mujer de 24 años murió baleada en una protesta contra el Gobierno en el Estado de Táchira. Fue la segunda de la jornada, tras el fallecimiento de un joven tiroteado. Iba a cumplir 18 años. La tercera víctima, un policía.

Maduro reprimió a los opositores y también sacó a los suyos a la calle

Masiva movilización de la oposición en Caracas, donde decenas de miles de ciudadanos se manifestaron contra el Gobierno de Nicolás Maduro, que convocó una movilización paralela en Libertador, un municipio de la capital bastión del oficialismo. Es decir, Maduro reprimió a los opositores y también sacó a los suyos a la calle, donde siguen las marchas. Al menos hay tres muertos en las protestas generalizadas contra Maduro en Venezuela. Una mujer de 24 años murió baleada en una protesta contra el Gobierno en el Estado de Táchira. Fue la segunda de la jornada, tras el fallecimiento de un joven tiroteado. Iba a cumplir 18 años. La tercera víctima fue un policía nacional.

Las calles de Venezuela se han inundado con manifestantes enardecidos contra el régimen de Nicolás Maduro. La llamada "madre de todas las marchas" pretende forzar las nuevas elecciones presidenciales exigir la liberación de los presos políticos como Leopoldo López, representante del ala más radical de la oposición venezolana. Esta marcha coincide con el aniversario número 207 del inicio de la lucha por la independencia contra España y cerrará un ciclo de tres semanas enteras protestas, y espera forzar al oficialismo a aceptar las solicitudes de diálogo para la paz. La protesta sirve también para reunir a los partidos opositores al chavismo, guíados por Henrique Capriles, máximo líder del partido Primero Justicia, agrupación principal de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en rechazo a los últimos acontecimientos que han quebrado -más- al país y su ya inestable situación.

Pero esta masiva protesta también fue precedida de nuevas acusaciones conspiracionistas del paranóico presidente. En un espacio en televisión nacional, Maduro acusó que existía un "complot militar" contra su Administración. Admitió que varios grupos han sido ya "desmantelados" y que se detuvo a un exoficial por ser uno de los líderes de lo que el Palacio de Miraflores ha calificado como un "intento de golpe de Estado" convocado, cómo no, por los Estados Unidos. El Ejecutivo avisó que activará un operativo bautizado como "Plan Zamora", con el que movilizará a militares, policías y civiles para "garantizar el funcionamiento" su pleno funcionamiento y la "seguridad, el orden interno, y la integración social". "La jurisdicción militar está procesando a todos los complotados civiles y militares, retirados en este caso, activos, ya capturados o en fuga hacia Colombia", aseguró.

El heredero de Hugo Chávez dijo puntualmente los nombres de quienes considera como los responsables del caos sembrado en todo el país. "Lo que ha hecho Borges el día de hoy configura un delito contra la Constitución y así debe ser procesado. Llama abiertamente a un golpe de Estado a los funcionarios de la Fuerza Armada, al desconocimiento de sus líneas, de sus mandos y de su comandante en jefe. Eso está tipificado como una ruptura constitucional", dijo en referencia a Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional y uno de los totems de la oposición. El jefe del Legislativo había clamado a las Fuerzas Armadas que actuaran de forma consciente durante estas marchas, asegurando que la cadena de mando no implica que estos funcionarios eludan sus responsabilidades. De igual forma, ha dicho que Primero Justicia, partido del que es miembro, ya denunció ante el Tribunal de la Haya un "caso de tortura" que sufrieron dos de sus más jóvenes líderes.

Y a todo esto, Maduro ha respondido con músculo. El presidente ha desplegado al Ejército por las calles en vísperas de esta manifestación. De igual forma, ha dicho que pretende armar a un millón de civiles para reforzar las milicias. Sus simpatizantes también marcharán en la capital para demostrar que, pese a su pésima gestión y crisis de todos los tipos en la república bolivariana, hay quienes siguen dispuestos a soportarlo y apoyarlo.

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