Para La Vanguardia, no se puede imponer la ruptura sin una inequívoca mayoría social

Carme Forcadell.
Carme Forcadell.

Considera muy importante conocer en los próximos días el criterio de la Comisión Europea sobre los acontecimientos de esta semana en Cataluña. "Lo sucedido en el Parlament daña gravemente la institucionalidad catalana", advierte.

Para La Vanguardia, no se puede imponer la ruptura sin una inequívoca mayoría social

La fragmentación política del país ha vuelto a quedar de manifiesto, según destaca el diario La Vanguardia en su editorial. Sostiene que no se puede imponer un programa de ruptura sin una inequívoca mayoría social. Y que en el caso de poseer una inequívoca mayoría social, los procedimientos tampoco podrían ser los adoptados ayer. "No se puede salir al abordaje de la Constitución de un Estado miembro de la Unión Europea con una sociedad partida en dos. No se puede imponer la aprobación de una ley que en la práctica cancela el Estatut, sin apenas margen para la deliberación y la enmienda. Si un nuevo Estatut pide una mayoría de dos tercios para su aprobación, su cancelación no se puede adoptar por mayoría simple, ­mediante un trámite exprés", concluye el diario del grupo Godó.

La Vanguardia contextualiza el problema. El independentismo tiene 72 diputados en el Parlament pero se quedó por debajo del 50% en votos. Se prometió una independencia low cost y no se logró superar el plebiscito. En lugar de admitir esa realidad, los líderes de la coalición Junts pel Sí, recelosos los unos de los otros –si el expresidente Artur Mas (PDECat) no admitía que el plebiscito no se había superado, tampoco podía hacerlo Oriol Junqueras (ERC)–, optaron por la fuga hacia adelante, quedando en manos de la CUP, que con sólo diez diputados y 337.000 votos, pasaba a controlar la agenda política catalana. Ese es el origen más inmediato de la actual situación. Esa es una de las claves del lamentable espectáculo de ayer en el Parlament.

Recuerda que el Govern firmó la convocatoria del referéndum del 1-O al final de un pleno caótico, ya que en el Parlament se produjo un intenso forcejeo reglamentario entre los partidos de la oposición y la mayoría independentista, que impuso la aprobación de la ley que proclama la soberanía catalana y regula la celebración del referéndum de independencia. Un total de 72 diputados votaron a favor, 11 se abstuvieron y los 52 restantes mostraron su rechazo con su ausencia.

La Vanguardia considera muy importante conocer en los próximos días el criterio de la Comisión Europea sobre los acontecimientos de esta semana en Cataluña. "Lo sucedido en el Parlament daña gravemente la institucionalidad catalana", advierte.

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