Ursula von der Leyen, una madre de siete hijos para liderar y poner orden en Europa

Ursula von der Leyen. / Frankfurter Rundschau
Ursula von der Leyen. / Frankfurter Rundschau

Nacida en Bruselas en 1958, médico de profesión y una de las dirigentes más relevantes en la política alemana de este siglo, tiene ante sí, como presidenta de la Comisión Europea, el enorme reto de impulsar y reforzar ese gran invento que es la Unión Europea.

Ursula von der Leyen, una madre de siete hijos para liderar y poner orden en Europa

Su padre, Ernst Albrecht, director general en la Comisión Europea y más tarde presidente del “land” alemán Baja Sajonia, inculcó a Ursula von der Leyen desde temprana edad el amor por la política. La joven políglota empezó a estudiar economía en Gotinga, Münster y Londres, para después cambiar a medicina, graduándose en 1987. Su doctorado ha sido puesto en duda por supuesto plagio, algo que expertos consultados por el autor consideran bastante improbable, ya que en Alemania las disertaciones médicas se basan casi siempre en estudios y experimentos anteriores sobre la misma materia y por lo tanto contienen necesariamente alguna que otra duplicidad. Casada con el profesor de medicina Heiko von der Leyen, son padres de 7 hijos, nacidos entre 1987 y 1999.

Von der Leyen se afilió a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en 1990, entró en el parlamento de Baja Sajonia en 2003 y ese mismo año fue nombrada ministra de Asuntos Sociales, Mujeres,  Familia y Salud en Hannover. En 2005, la canciller Angela Merkel le ofrece el cargo de ministra de Asuntos Familiares, Tercera Edad, Mujeres y Juventud en Berlín. En 2008 gana un escaño al Parlamento alemán y en 2009 es nombrada ministra de Trabajo y Asuntos Sociales. Desde 2013 es ministra de Defensa, donde ha tenido que lidiar con una serie de problemas, algunos de ellos herencia de sus antecesores: entre otros, una célula neonazi muy activa dentro de las fuerzas armadas, repetidos fallos en el control de proveedores, costes y fechas de entrega de material militar, contratación de consultorías externas de alto coste y saltándose las normas vigentes, así como material militar anticuado y con necesidad de reparaciones costosísimas, como el buque escuela “Georg Fock”, cuya remodelación fue presupuestada en 10 millones de euros. Al final, se van a necesitar 135 millones para ponerlo al día. Por contra, en el parqué internacional se ha ganado el respeto y reconocimiento de sus colegas, tanto en la OTAN como en Europa, por su competencia y compromiso con una política de seguridad basada en confianza y cooperación.

En el día a día de la política alemana, Ursula von der Leyen siempre ha sido una persona cercana a la canciller Merkel. Muy simpática en la distancia corta, su facilidad de comunicación y sus continuas apariciones en tertulias políticas la convirtieron pronto en una favorita del público para suceder a Angela Merkel.

Pero en el partido, su línea política sembró dudas y generó enemigos dentro del sector más tradicional. Quizás por su brillantez intelectual y su tendencia a presentar su punto de vista sin rodeos, quizás por haber puesto en marcha la “socialdemocratización” de la CDU, con sus políticas de fomento infantil y de una cuota reglamentaria de participación femenina en los consejos supervisores de las empresas alemanas, la introducción del matrimonio entre personas del mismo sexo, de un salario mínimo en todo el país, así como de permisos de paternidad, entre muchas otras medidas. En la CDU que estaba girando paulatinamente a la derecha, la figura de Ursula von der Leyen se fue difumando con el paso del tiempo: mientras que en las últimas elecciones del partido uno de los cinco vicepresidentes cosechaba el 90% de los votos, ella quedaba la última con solo un 57%.

En cuestiones europeas, von der Leyen, como su todavía muy influyente compañero de partido Wolfgang Schäuble, antiguo ministro de Finanzas y actual presidente del parlamento alemán –Bundestag–, es una acérrima defensora de la tesis de una “Alemania europea”. En 2013 comentaba el autor en una tribuna que este dúo se había “posicionado claramente a favor de ceder soberanía nacional en favor de un núcleo duro de la Unión Europea – que puede ser perfectamente la Eurozona–, dispuestos a avanzar en lo político, económico y fiscal hasta llegar a unos Estados Unidos de Europa; el resto de sus miembros girarían alrededor de este núcleo a mayor o menor distancia. ¿Un proyecto de federalismo continental viable? De momento no, porque cuenta con el rechazo de Angela Merkel.” No solo de ella. Y hasta nuestros días.

No obstante, sería un error infravalorar la voluntad de Ursula von der Leyen de dar batalla por sus ideas pro europeístas. Es una persona suficientemente independiente para defender sus valores, suficientemente experimentada para manejarse con éxito en los pasillos del poder, aparte de haber aprendido a ser suficientemente diplomática para desactivar conflictos, crear alianzas y poner en marcha soluciones. Solo queda pues desearle suerte. Primero, para saltar la última barrera antes de su nombramiento definitivo: que una mayoría absoluta en la Eurocámara le dé su voto. Y segundo, para crear una Comisión de pesos pesados políticos que tengan el valor de hacer avanzar a Europa. Porque en sus manos estará en gran medida el futuro del continente. @mundiario

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