La UE podrá aplicar sanciones al Reino Unido si incumple el acuerdo del Brexit

2020122622191328176
El equipo de la Unión Europea encargado de revisar el acuerdo con Reino Unido, reunido el 25 de diciembre en la sede del Consejo Europeo, en Bruselas. / France 24
No se descarta que Bruselas intente diseñar un mecanismo adicional basado en la aplicación de sanciones que no minen la capacidad de Londres para regular su mercado y sus exportaciones.
La UE podrá aplicar sanciones al Reino Unido si incumple el acuerdo del Brexit

El Reino Unido ha hecho historia. La sexta economía del mundo está bajo la lupa de un bloque de potencias del cual ya no formará parte, pero aun así seguirá teniendo una relación comercial con ese club de 27 naciones desarrolladas por el futuro del bienestar socioeconómico de su población, pues cortar todo tipo de relaciones entre ambos es cortar un suministro vital de mercancías, no sólo para Europa, sino para las cadenas de producción del resto del mundo.

Y es que luego de que el Reino Unido y la Unión Europea alcanzaran este jueves 24 de diciembre un acuerdo para proceder a un Brexit (salida británica de la UE) con estabilidad comercial, libertad de mercado, competencia justa en contrataciones laborales, desarrollo mutuo de tecnología, información de inteligencia compartida y una migración segura, ahora Bruselas ha establecido una condición clave que los británicos deben saber leer e interpretar para evitar una perturbación directa a su sistema. 


Quizás también te interese:

El Brexit se cierra con el recorte de las cuotas pesqueras en aguas británicas

La Unión Europea podrá adoptar represalias contra el Reino Unido “de manera expeditiva” si Londres obstruye el proceso legislativo en su Parlamento para rebajar los estándares sociales, laborales, medioambientales y de lucha contra el cambio climático establecidos en el acuerdo, pues el Reino Unido es un país con alta actividad industrial que no está del todo dispuesto a reducir sus líneas de producción para bajar las emisiones de dióxido de carbono. 

El acuerdo alcanzado en vísperas de Navidad entre Bruselas y Londres prevé que “las medidas de compensación o reequilibrio, incluida la suspensión de partes del acuerdo o la imposición de aranceles, se podrán adoptar en solo 20 días”. Este estricto mecanismo está disponible para las dos partes. Claramente, consiste en un sistema de garantías y monitoreo pormenorizado en el cumplimiento de cada punto del acuerdo con el objetivo de que ninguna parte se aproveche de la buena voluntad diplomática de la otra o trate de sacar ventajas comerciales de la tregua que ambos han firmado en ese sentido, pues aunque Reino Unido no quiere formar parte del mercado interior, se mantendrá una zona de libre comercio para un tránsito fluido de mercancías entre ambos territorios, especialmente en el Canal de La Mancha, la frontera marítima entre la Gran Bretaña y Francia.

Ese mecanismo ha sido introducido por la insistencia de los negociadores europeos ante el temor de que el Reino Unido pueda aprovechar su capacidad y autonomía para crear leyes con el propósito de incurrir en una competencia desleal (por ejemplo: manufactura de productos británicos con insumos importados de la UE) que colocaría a las empresas comunitarias en desventaja con las británicas.

Por lo tanto, no se descarta que Bruselas intente diseñar un mecanismo adicional basado en la aplicación de sanciones que no minen la capacidad de Londres para regular su mercado y sus exportaciones, pues la idea es disuadir al Gobierno de Boris Johnson de no imponer el proteccionismo británico frente a las empresas europeas, sino enviarle un mensaje de advertencia que limite las ambiciones nacionalistas del Reino Unido en materia de comercio bilateral.

La negociación de los mecanismos de vigilancia, defensa y reversión del acuerdo ha ocupado gran parte de los 10 meses de reuniones e impasses entre el equipo europeo, liderado por Michel Barnier, y el británico, con David Frost al frente. A pesar de la firme posición de Londres de no formar parte del mercado interior europeo para no tener que pagar más aranceles, el Reino Unido y la UE no se separarán completamente, pues el principal efecto positivo de la negociación es la creación de un acuerdo que ofrece a las empresas británicas acceso al mercado europeo sin aranceles ni cuotas, precisamente, lo que Boris Johnson buscaba si su desvinculación absoluta de esa enorme zona económica no se materializaba, y exactamente eso es lo que ha ocurrido. 

El acuerdo consta de un total de 1.246 páginas firmado por las dos partes el día de Nochebuena. Además de la vigilancia mutua sobre los subsidios públicos, para evitar el dopaje ilegal de las empresas, el documento incluye un “mecanismo de supervisión sobre los capítulos legislativos más sensibles” con amplios plazos para reaccionar ante cualquier normativa (del Reino Unido o de la UE) que contravenga lo pactado, pues.

El Brexit no es ni será perfecto, pero ambas partes se han propuesto un conjunto de mecanismos mediante los cuales tratarán de impedir que el acuerdo se desmorone por las diferencias políticas que aún existen entre Bruselas y Londres a pesar del júbilo que causó la firma del documento el pasado 24 de diciembre. Aunque fue un buen regalo de Navidad para los británicos y el primer ministro Boris Johnson asegurara que con este pacto se podrán generar empleos y prosperidad para su país, lo cierto es que la transición posterior al 31 de diciembre, fecha de salida inmediata del Reino Unido de la UE, estará llena de obstáculos por el enorme reto que implica separar a estas dos poderosas economías, responsables de la generación y circulación de casi 23 billones de dólares en capitales por inversiones, producción industrial y exportaciones en toda la economía mundial. @mundiario

Comentarios