Trump se vuelve contra su secretario de Estado y deja en el limbo su estadía en el cargo

Rex Tillerson, ex secretario de Estado de EE UU, y Donald Trump. / gov.us
Rex Tillerson, secretario de Estado de EE UU y Donald Trump, presidente. / gov.us

El presidente de Estados Unidos ha expresado su malestar con los funcionarios del Departamento de Estado y ha avisado que la cabeza de Rex Tillerson podría ser la próxima en caer.

Trump se vuelve contra su secretario de Estado y deja en el limbo su estadía en el cargo

Nadie está a salvo de Donald Trump. El mandatario republicano ha dejado claro que no le temblará el pulso para eliminar a quien no le funcione dentro de su gabinete y ha puesto un nuevo nombre en la lista de los posibles despedidos: Rex Tillerson, su secretario de Estado. El responsable de la política exterior norteamericana y el rostro de Estados Unidos frente al mundo.

El inquilino de la Casa Blanca ha dejado claro que no está nada conforme con la labor de algunos de los funcionarios del Departamento de Estado y en una entrevista con la cadena Fox ha dejado abierta la posibilidad de cortar la cabeza del titular de la cartera antes del final de su primer mandato. "No lo sé. Ya veremos”, respondió Trump cuando la conservadora presentadora Laura Ingraham le preguntó sobre el destino de Tillerson, para luego soltar un elogio con más sabor a premio de consolación: “Sé que está trabajando duro y bien. Lo está haciendo lo mejor que puede".

Asimismo, el magnate neoyorquino no ha querido dejar pasar la oportunidad de recordarle a los televidentes el poder que ostenta desde su posición. "A mí el único que me importa soy yo. Yo soy el único que importa porque, al final, la política que se imparte es la mía", recalcó Trump, intentando desviar la atención sobre su guerra con el ministro de exteriores.

Pero la realidad es que el conflicto entre Tillerson y Trump ha sido un secreto a voces de la administración estadounidense desde siempre. Se dice que ambos han tenido fuertes encuentros por sus políticas distantes y de hecho, distintos medios han sostenido que la relación se ha tensado en los últimos meses, sobre todo por lo poco diligente que se ha vuelto el exejecutivo de ExxonMobil frente a cuestiones puntuales como la guerra contra Corea del Norte.

Sin embargo, el presidente y su secretario de Estado han preferido guardar las apariencias y resaltar, cada que pueden, la “buena relación” que existe entre ambos. Siguiendo este libreto de armonía, hace un mes Tillerson comentaba en una rueda de prensa que nunca había pensado en dejar su cargo y que era falso que alguna vez hubiese llamado “idiota” al republicano (ambas afirmaciones saltaron al frente en los medios a principios de octubre).

Pese a su voluntad por esconder la crisis que se vive dentro de su administración, el propio Trump ha dejado ver -en más de una oportunidad- que no todo el mundo está dispuesto a seguirle sin titubear. Un claro ejemplo de ello es Rex Tillerson, cuyo trabajo ha sido menospreciado por el presidente debido a las discrepancias de sus agendas.

“Le he dicho a Rex Tillerson, nuestro maravilloso secretario de Estado, que está perdiendo el tiempo negociando con el pequeño hombre cohete”, escribió hace poco el neoyorquino en Twitter, haciendo referencia al dictador norcoreano Kim Jon-Un.  “Guárdate la energía Rex, haremos lo que tenemos que hacer”, remató Trump, echando abajo los avances del funcionario para resolver pacíficamente la crisis con Pyongyang y ridiculizándole delante de todos sus seguidores. @mundiario

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