Trump ataca al Freedom Caucus y podría partir en dos a los republicanos

El presidente de los Estados Unidos ha abierto un nuevo frente, esta vez contra el sector más radical de su partido, el Partido Republicano. Donald Trump ha disparado contra los 29 representantes integrantres del Freedom Caucus, quienes le humillaron la semana pasada al obligarlo a retirar su proyecto para la demolición del Obamacare.

Por medio de Twitter, plataforma a la que ha convertido en su principal portavocía, el mandatario se quejó de que ese séquito de legisladores "hará daño a la agenda republicana si no se suman al equipo rápidamente". En el mismo mensaje, Trump aseguró que el partido conservador deberá luchar tanto contra sus 29 congresistas, como contra el Partido Demócrata de cara a las elecciones legislativas del próximo año. "Debemos pelear contra ellos, y los demócratas, en 2018", rezaba el resto del mensaje.

The Freedom Caucus will hurt the entire Republican agenda if they don't get on the team, & fast. We must fight them, & Dems, in 2018!

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 30 de marzo de 2017

Esto se entiende como el inicio de una guerra civil en el seno del Gran Viejo Partido. De igual forma, abre todavía más la brecha que se abrió la semana pasada entre los republicanos más moderados y los auténticos radicales, luego de que éstos forzaran a Trump y a Paul Ryan, jefe conservador en la Cámara de Representantes (de la que también es líder general), a retirar su proyecto anti Obamacare, el proyecto sanitario planeado y ejecutado por Barack Obama. Trump intentó a la desesperada convencer a los congresistas díscolos de la viabilidad de su proyecto, pero éstos le cerraron la puerta en la cara otra vez asegurando que no era lo suficientemente conservador para su gusto.

La humillación no reside tanto en el no, sino en el hecho de a qué le dijeron no. Demoler el Obamacare fue una de las grandes promesas electorales del neoyorquino, e igualmente supone dejar desnudo al partido de Abraham Lincoln, incapaz de hacer trascender la propuesta con todo y su mayoría en las dos cámaras legislativas (Congreso y Senado). El partido de derechas pasó siete años a la espera de que uno de los suyos llegara a la presidencia y empezar así la revocación del polémico programa sanitario. Cuando la espera terminó, el Obamacare todavía estaba ahí.

Consciente de que este incendió puede dejar en cenizas al partido y al Congreso, Paul Ryan compareció ante los medios para urgir a los diversos integrantes del Partido Republicano a seguir negociando para llegar a un consenso antes de que las llamas empiecen a consumir sus bases y sus puentes.