Trump admite diferencias con su secretario de Estado pero entierra los rumores de despido  

Rex Tillerson, ex secretario de Estado de EE UU, y Donald Trump. / gov.us
Rex Tillerson, secretario de Estado de EE UU y Donald Trump, presidente. / gov.us

El presidente de Estados Unidos ha insistido en que el supuesto relevo inminente de Rex Tillerson es falso.  

Trump admite diferencias con su secretario de Estado pero entierra los rumores de despido  

Rex Tillerson se salva. Al menos por ahora. Tras una lluvia de rumores que apuntaban que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaba listo para cortar la cabeza de su secretario del Estado, el mismo republicano ha sido el encargado de desmentir esta información. Aunque no ha negado lo que ya sabíamos: el inquilino de la Casa Blanca y su titular de exteriores no se llevan tan bien.

La noticia de que Washington estaba ultimando los detalles para fulminar al responsable de la política exterior norteamericana había corrido como la pólvora este jueves, luego de que los medios estadounidenses, citando fuentes anónimas de la Casa Blanca, aseguraran que la salida de Tillerson del gabinete de Trump era un hecho. Sin embargo, ese mismo día el republicano despachó el tema luego de ir a almorzar con el jefe de la diplomacia y el secretario de Defensa, Jim Mattis.

"Los medios han estado especulando que he despedido a Rex Tillerson o que se va a ir en breve. ¡Noticias falsas! No se va a ir en breve y, aunque discrepamos en algunos asuntos (yo tomo la decisión final) trabajamos bien juntos y América vuelve a estar bien representada de nuevo", escribió el magante neoyorquino en su cuenta de Twitter unas horas después.

 

Las palabras de Trump aparecen como respuesta a una publicación del famoso diario The New York Times, que el jueves hizo público un artículo en el que afirma que la Casa Blanca estaba trabajando en un plan para sustituir a Tillerson por el actual jefe de la CIA, Mike Pompeo, y que, de hecho, el reemplazo se haría efectivo en cuestión de semanas.

Pero el republicano, al parecer, pretende permitir que su secretario de Estado termine con sus labores y mantenga el cargo hasta el próximo año, o tal vez hasta que sus diferencias respecto a cuestiones puntuales como el pacto nuclear iraní o la crisis norcoreana, le hagan perder la paciencia y cambiar de opinión. @mundiario

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