Un triunfo arrollador y falta de grandeza en el resto

Ayuso y Casado en la sede del PP en Génova. / @ppmadrid
Isabel Díaz Ayuso durante su votación. / @Idiazayuso

Al analizar los resultados al final del día, continuaron las ofensas y las descalificaciones.

Un triunfo arrollador y falta de grandeza en el resto

Hablaron los madrileños, tras las encuestas objetivas y las inducidas, los tertulianos y sus opiniones, las contradicciones de los candidatos y la violencia, verbal y hasta material.

Su triunfo ha sido arrollador, sin paliativos, porque de 30 escaños ha pasado a 65; es decir, podría haber captado los 26 escaños que tenía Ciudadanos y el resto, hasta 65, procederían del importantísimo aumento de la participación ciudadana, al ser consciente de que estaba en juego algo tan importante como una forma de vida, la reactivación económica y la salida de la pandemia.

Pero... la humildad de los líderes del PP debería llevarles a aceptar que los resultados no son extrapolables a España, entre otras cosas, porque Ayuso ha sabido hacer su deberes.

Las palabras del candidato de Ciudadanos, tras saberse los resultados, fueron penosas: “Ha sido un mal resultado, no para Ciudadanos, sino para los madrileños y para los españoles”. Y ya sabemos que cuando uno cree que todos los que le rodean están equivocados, el “uno” debe empezar a preocuparse.

Los líderes de Vox dijeron algo positivo: facilitaremos al PP la formación de gobierno. ¿Dónde está el “pero”?: en que hablaron del batacazo del frente popular y del gobierno ilegítimo. Cizaña arrojada entre el fruto de una cosecha alegre y prometedora, que no viene a cuento. La prudencia, no exenta de dureza y energía, debería hacerles recapacitar, si quieren colaborar en la tarea de curar heridas y limpiar el campo de batalla.

Gabilondo y Ábalos fueron mezquinos en sus intervenciones, sobre todo el segundo, pues ni admitieron el triunfo del PP, ni felicitaron a la ganadora, ni reconocieron su triste derrota: ”No han sido unos buenos resultados para el PSOE”-, incluso en los grandes municipios del sur.

Del PSOE hay que decir algo más: Sánchez, tan presente y beligerante durante la campaña, estuvo desaparecido, posiblemente porque no habría brindis, ni arengas ni gritos de presidente, presidente.

La candidata de Mas Madrid ha sido la única que ha reconocido el triunfo de Ayuso y le ha felicitado. ¿Cuál es su “pero”?, pues que ha llamado depredadores al más de un millón seiscientos mil madrileños que ha votado al PP y su modelo depredador.

Pablo Iglesias compareció circunspecto y atribuyó el éxito de la gran participación ciudadana, a la izquierda –probablemente porque ha habido mucha gente que ha sentido la necesidad de salir a votar para que no acabaran con todo-; ha vaticinado el desastre de la sanidad, la educación y todo lo público –durante la campaña dijo que “la derecha cree que todo lo público es una mierda”-, en Madrid y en toda España.

El final de su discurso fue sublime: “han ganado los enemigos de la democracia”; naturalmente, se referiría a los dos millones de madrileños que no han votado a PSOE, MM y Podemos, sobre un total de 3.650.000 votantes; y “como ya no soy útil, me voy”, añadió con una falsa humildad, en tono victimista y actitud de chivo expiatorio.

Y también hay “pero” para una parte de la familia de Juan Español: los que difundieron por las redes sociales la posibilidad de un pucherazo en el voto por correo.

¿Sería posible que, a la vista de los resultados, el PSOE admita su descalabro y la calidad de sus socios, el PP recapitule y sea posible un pacto de Estado? Sería una buena noticia de cara a la reconstrucción que tenemos por delante y podríamos decirle a Albert Camus que no tenía razón al decir: “Los que tienen grandeza dentro de si mismos no hacen política”. @mundiario

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