La travesía de Evo Morales por América Latina para salir de Bolivia

Evo Morales, expresidente de Bolivia. /  RR SS.
Evo Morales, expresidente de Bolivia. / RR SS.

México había anunciado que le concedía en tiempo récord el asilo político a Morales y este lo aceptaba, pero aún faltaba un detalle importante: sacarlo de un país que aún no tiene presidente y parece ser que en última instancia, son los militares quienes están tomando las decisiones en las sombras.

La travesía de Evo Morales por América Latina para salir de Bolivia

Evo Morales decidió renunciar a la presidencia tras perder el apoyo del Alto Mando militar, tras esto, se refugió en un pequeño pueblo boliviano aupado por la fuerza campesina que siempre le apoyó. En el lugar, el expresidente firmó su carta de renuncia, aunque prometió volver, y esperó pacientemente a que sus amigos en el continente le ayudaran. Finalmente ha sido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha respondido rápidamente y ha salvado a Morales de un destino dudoso.

Y decimos dudoso porque, sin confirmarse el fraude electoral, Morales estaba encerrado en un país sin guía político que enfrenta una crisis de gobernanza donde los diferentes actores no terminan de acordar el futuro de Bolivia. Por un lado está Luis Fernando Camacho, líder del comité de Santa Cruz, quien desea salirse de la línea de mando que establece la Constitución e iniciar una ruta de Gobierno muy poco clara; y por el otro está el expresidente y principal rival de Morales, Carlos Mesa, quien pide respetar la Constitución y rechaza que existiese un golpe de Estado. En un país sumergido en el desconocimiento, México decide otorgarle el asilo político a Morales y anuncia el envío de un avión de las fuerzas armadas para recoger al expresidente.

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Pero las cosas no fueron tan sencillas y requirió de una paciencia infinita, así como las negociaciones con varios actores políticos del continente o tal como lo reseñó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, fue “un viaje por la política latinoamericana”.

El jefe de la diplomacia mexicana ha sido el encargado de relatar la travesía de Morales para poder llegar hasta México a salvo. Para empezar, quiso enfatizar que los militares bolivianos fueron quienes dieron la autorización para permitir que Evo saliese de su país natal, lo que a juicio del Gobierno mexicano revela quiénes son los que ostentan el poder actualmente.

 

En primer lugar los militares aprobaban que el avión llegara a Bolivia y en él pudiera abordar el expresidente para ser trasladado a México, pero cuando el avión seguía esperando en Perú la autorización, el Alto Mando decidió rechazar el escape de Morales por lo que hizo falta que el canciller; el subsecretario para América Latina, Maximiliamo Reyes y la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado intervinieran y negociaran con los militares nuevamente.

Finalmente aceptaron que Morales saliese de Bolivia desde Cochabamba, donde el exmandatario se resguardó desde que renunció a la presidencia. Cuando el avión estaba listo para despegar y utilizar la misma ruta de regreso, recibe la negativa del canciller peruano, quien avisa que no podrán aterrizar en ese país para recargar combustible.

La espera se volvió insoportable hasta que intervino el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quien habló con el presidente de Paraguay, Mario Abdo, para pedirle que dejara volar el avión mexicano con Morales hasta Asunción y allí recargar combustible. Luego el canciller paraguayo se comunicó con su par mexicano aceptando las condiciones. Desde México pidieron a las autoridades peruanas que permitiesen al avión sobrevolar su espacio aéreo sin necesidad de aterrizar, recibiendo el visto bueno. Al mismo tiempo se consultaba con Ecuador la posibilidad de aterrizar allí para recargar nuevamente si fuese necesario.

 

Cuando todo parecía correcto y el avión se preparaba para dejar Paraguay, Bolivia anunció que no permitiría que el avión regresase al país para transitar hasta Perú, lo que derivó en una rápida llamada al embajador de Brasil en La Paz, quien “casi milagrosamente”, según Ebrard, consiguió un permiso para volar en la línea fronteriza entre Bolivia y Brasil. Desde allí pasaría por Perú y luego por Ecuador, algo que finalmente fue logrado tras varias horas de diplomacia continúa entre varios países de América Latina.  @mundiario

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