Traidores, injuriadores y felones de Adolfo Suárez lo ensalzan sin pudor ante su cadáver

Conducción del cadáver de Adolfo Suárez, entrando en el Congreso.
Conducción del cadáver de Adolfo Suárez, entrando en el Congreso.

La hipocresía se hace especialmente insoportable en días como los que precedieron y los que seguramente seguirán a la muerte del presidente Suárez (1976-1981).

Traidores, injuriadores y felones de Adolfo Suárez lo ensalzan sin pudor ante su cadáver

La hipocresía está presente en demasiados hechos luctuosos. Ha vencido todos los diques que se edificaron para impedir su paso.

Tal vez eso es así porque la hipocresía es una fuerza permanente e indestructible de los hombres. Pero, se hace especialmente insoportable en días como los que precedieron y los que seguirán a la muerte de Adolfo Suárez.

¡Cuánta hipocresía nacional! Traidores, injuriadores y felones del que fue el presidente del Gobierno de España entre 1976 y 1981 lo ensalzan sin pudor ante su cadáver.

¿No se dignificarían algo todos ellos si al memos se hubieran callado?

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