Todo listo para un adelanto en Galicia, que no es previsible pero tampoco descartable

Alberto Núñez Feijóo.
Alberto Núñez Feijóo.
El PP dispone de un amplia mayoría en Galicia que garantiza la estabilidad de la que tanto le gusta presumir al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. No hay tensiones ni en el partido ni en la Xunta. Otra cosa es lo que ocurra en el ámbito nacional del Partido Popular.
Todo listo para un adelanto en Galicia, que no es previsible pero tampoco descartable

En San Caetano dicen que se trata de un mero trámite burocrático, una simple formalidad administrativa y que no presupone que el presidente tenga a día de hoy la intención de adelantar las elecciones autonómicas, que tocan a principios del otoño. El caso es que la Xunta pone en marcha los concursos para contratar la operativa electoral, desde la impresión de las papeletas, los sobres y resto de la documentación hasta el recuento de datos, pasando por toda la logística necesaria para el desarrollo de la jornada de votación, sea el día que sea. El gasto previsto se aproxima a los tres millones de euros, una cifra muy similar a la de 2016. Al parecer, nunca se habían anticipado tanto esos procesos de contratación respecto al momento en que tocaría votar si se agota la legislatura. He ahí el dato que da pie a especulaciones.

Sin embargo, en más de una ocasión, hubo en Galicia adelanto electoral sin que estuvieran ni siquiera iniciados los trámites para adjudicar la infraestructura necesaria para llamar a los gallegos a las urnas. El asunto se resolvió con una convocatoria urgente de los correspondientes concursos y no pasó nada; tal vez el proceso fue burocráticamente más complejo, y los ciudadanos ni nos enteramos. Pero Feijóo presume de que el suyo es un gobierno casi tan previsor como previsible. No le gusta improvisar, ni dejar nada para el último momento, salvo los ceses y nombramientos de conselleiros y altos cargos, que ahí sí que suele ir al límite (de ello dan fe los propios interesados). Tenerlo todo administrativamente dispuesto para convocar elecciones no está de más, y encima es algo que agradecen las empresas especializadas en este tipo de tareas a la hora de responder mejor a lo que se les exige.

Sus más directos colaboradores tienen el convencimiento de que Don Alberto no baraja por ahora la posibilidad de un adelanto electoral significativo (esto es, de varios meses). No ve razones que lo justifiquen, al menos en la dinámica política gallega. El PP dispone de un amplia mayoría que garantiza la estabilidad de la que tanto le gusta presumir al presidente de la Xunta. No hay tensiones ni en el partido ni en la Xunta. Otra cosa es lo que ocurra en el ámbito nacional, si se consuma, como parece inevitable, la coalición PSOE-Podemos con apoyo de independendistas y nacionalistas. A Feijóo no le cabe duda de que Galicia saldrá perjudicada en muchos ámbitos, por eso se ha posicionado reiteradamente contra el pacto de Sánchez e Iglesias incluso lanzando propuestas que no cuentan con el respaldo de su jefe de filas, Pablo Casado.

No hay que descartar que de aquí a unos meses, según vayan evolucionando los acontecimientos, Feijóo vea conveniente adelantar las elecciones autonómicas buscando el respaldo mayoritario de los gallegos a su línea política de confrontación con el gobierno de socialistas y podemitas, y el correspondiente desacuerdo de la ciudadanía gallega con lo que esa entente significa como amenaza para el actual modelo político, económico y territorial de España. El argumento es muy sencillo: solo votando al PP hay garantías de que Galicia no entre en esa dinámica, algo que se puede dar por seguro si el PSOE, el Benegá y los rupturistas suman mayoría en O Hórreo. En ese escenario, y por ser consecuente con lo que proclama, a Don Alberto no le queda otra que volver a presentarse, porque sin él el desastre estaría servido. @mundiario

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