¿Tiene doble moral Cayetana Álvarez de Toledo?

Cayetana Álvarez de Toledo. / Telecinco
Cayetana Álvarez de Toledo. / Telecinco
Cayetana Álvarez de Toledo pretende descalificar al PSOE porque no rechazó la abstención de Bildu en el Parlamento navarro pero acepta como natural que su partido pacte con una fuerza –Vox– que nunca ha condenado el levantamiento de Franco en 1936.
¿Tiene doble moral Cayetana Álvarez de Toledo?

La designación de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados causó más polémica que sorpresa. Se sabía que Pablo Casado había optado por dar protagonismo a esta diputada, con plena consciencia de su perfil y de su recorrido político previo: aznarista convencida, muy crítica con la gestión de Mariano Rajoy, defensora de un españolismo militante en Cataluña para intentar detener la sangría de votantes “populares” cara a Ciudadanos y beligerante contra el “sanchismo” –hasta el punto de considerar que el actual PSOE está fuera del constitucionalismo que atribuye, en cambio, a PP y C's–, no rehúye la confrontación permanente en los medios y no esconde su falta de sintonía con figuras como Núñez Feijóo.

La última declaración incendiaria de Cayetana Álvarez ha sido dirigida contra quienes establecen una simetría entre pactar –por activa o por pasiva– con Vox y con Bildu. Para ella esa simetría es “infame” porque “el único partido que no está en el sistema moral español es Bildu”.

Hay una primera conclusión que resulta obvia: para esta dirigente del PP, Vox sí está en “el sistema moral español”. La pregunta es pertinente y requeriría una respuesta urgente: ¿qué entiende esta portavoz por semejante denominación? Si hablase del sistema político español, la cosa estaría más clara, aunque, en tal caso, no concordaría con su tesis: en la actualidad, Bildu y Vox son formaciones legalizadas que tienen representación en distintas instituciones y que, por tanto, integran el mapa político vigente en el Estado español.

Si entendemos la moral como el conjunto de valores que, en un momento histórico dado, son compartidos por la gran mayoría de una determinada sociedad, la señora Álvarez de Toledo se ha metido en un laberinto que tiene una difícil salida en la dinámica política realmente existente. Podríamos identificar algunas reglas de conducta que suscitan, hoy, un elevado nivel de consenso social: no practicar la violencia; no robar; no mentir en la acción pública; no discriminar por razón de sexo, de creencias religiosas o de ideologías; defender la igualdad de oportunidades frente a la aceptación fatalista de un orden social desigual…

¿Cree esta diputada que sólo Bildu habita fuera de ese hipotético consenso moral? Las repetidas prácticas corruptas registradas en el PP, el uso habitual de la mentira en la vida política o el programa actual de Vox, ¿entrarían perfectamente en ese “sistema moral español”?

Cayetana Álvarez pretende descalificar al PSOE porque no rechazó la abstención de Bildu en el Parlamento navarro (o en el Congreso), amparándose en el hecho cierto de que esta organización no ha condenado la violencia practicada por ETA en las últimas décadas. Sin embargo, acepta como natural que su partido pacte con una fuerza –Vox– que nunca ha condenado el levantamiento militar violento de Franco en 1936 contra el régimen democrático de la II República. Esta doble vara de medir también resulta visible si se hace un pequeño viaje histórico por la época en la que José María Aznar aceptó un proceso de diálogo y negociación –a través de diversos intermediarios– con ETA, iniciativa que finalmente no concluyó con los resultados deseados. 

Quizás la señora Álvarez nos reserve alguna sorpresa en las próximas semanas: calificar como “infamia” aquella decisión de su admirado Aznar. O, tal vez, acabe por reconocer como propia la vieja práctica de la doble moral. @mundiario

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