El terror como forma de dominación humana.

Un grupo de mercenarios del Daesh. Google
Un grupo de mercenarios del Daesh. / Google

Apenas veinticuatro horas después de un tiroteo en Ámsterdam que acabó con la vida de una persona y varios heridos, la policía holandesa ya ha descartado que se trate de un atentado terrorista de carácter islamista. Este hecho nos lleva a reflexionar en la incidencia de los atentados terroristas y su difusión en la sociedad: ¿por qué cuando escuchamos una noticia sobre un tiroteo pensamos en el Daesh?

El terror como forma de dominación humana.

Una publicación reciente del OIET – Observatorio Internacional de Estudios sobre el Terrorismo – afirma que el pasado mes de diciembre fue el mes que menos víctimas se cobró el yihadismo: 467, ninguna de ellas en Europa. Una cifra importante, pero significativamente más baja que en meses anteriores. Entender el por qué de estos números es fácil si seguimos la actualidad: la noticia de Irak sobre el desmantelamiento del califato que el Daesh tenía establecido en este territorio. Sin embargo, la pérdida de control de un territorio no implica la derrota definitiva del grupo terrorista, como advierte Jesús A. Núñez Villaverde, economista, militar retirado y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

Atentados como el 11-M en Madrid y el del pasado agosto en Barcelona han calado hondo en la mentalidad de los españoles

Sin embargo, el miedo no ha desaparecido. A pesar de los números, los gráficos y las noticias, el miedo al terrorismo es real, aunque esta preocupación se sitúe en décimo lugar para los españoles, según una encuesta del CIS de julio de 2017, por detrás de problemas “reales” que inciden directamente sobre la población como son el paro, la corrupción y el fraude, la política, sanidad o educación.

Cabe preguntarse entonces por qué se produce esta asociación casi instantánea de la violencia – como se produjo en Ámsterdam hace poco- con el terrorismo yihadista. Es innegable que el efecto de ciertos atentados como el 11-M en Madrid y el del pasado agosto en Barcelona han calado hondo en la mentalidad de los españoles, favoreciendo que lo primero que nos venga a la cabeza cuando escuchamos una noticia de este tipo, sea el famoso Daesh. Y es aquí cuando aparece el miedo.

Entendido por Aristóteles como una pasión humana incontrolable, una vez superada la antigüedad los gobiernos comenzaron a darse cuenta del poder del miedo y comenzaron a utilizarlo para dominar a la sociedad. La Inquisición, el ascenso de los fascismos, la pervivencia de las dictaduras, son ejemplos de que en todas las sociedades a lo largo de la historia hay un elemento común: el miedo. Los grupos de poder han utilizado en incontables ocasiones el recurso del miedo, muchas veces maximizado para desviar la atención de los ciudadanos de otros asuntos que se estaban produciendo. Hobbes relaciona miedo con gobierno y ya en el siglo XX, el sociólogo francés Robert Castel relaciona el miedo con el tema de la seguridad, el sentirse protegido ante cualquier amenaza. Real o irreal. “No hay especie más miedosa que la humana. Es el tributo que hemos de pagar por nuestros privilegios.”, escribe Mowrer. Cabe preguntarse ahora: ¿Nos ha llevado el estado del bienestar a esta situación?

La historia nos ha dado grandes frases, a veces tristes, como la afirmación marxista de que “la violencia es el motor de la historia”. Quizá debamos añadir alguna después de reflexionar sobre el terror y el uso que se hace de él. Sólo así podremos comprenderlo, y quizá aprendamos a vencerlo. @mundiario

Comentarios