¿Cabe una tercera vía para encajar la plurinacionalidad del Estado?

Pazo de Raxoi, sede oficial de la presidencia de la Xunta de Galicia.
Pazo de Raxoi, sede de la Xunta de Galicia.

Una reforma constitucional basada en elementos confederales y federales asimétricos podría reconocer un derecho a decidir condicionado a mayoríasy procedimientos constitucionalmente pactados.

¿Cabe una tercera vía para encajar la plurinacionalidad del Estado?

El autor propone una reforma constitucional basada en elementos confederales y federales asimétricos, que reconozca también un derecho a decidir condicionado a requisitos, mayorías y procedimientos constitucionalmente pactados.

 

La historia está plagada de casos que demuestran la inviabilidad de retener poblaciones y territorios que deciden mayoritariamente vivir su vida. Y oponerse siempre a que la ciudadanía decida (más aún, a que sea simplemente consultada) parece no tener mucho recorrido.

El futuro de la Unión Europea es el  de la soberanía compartida. Son tiempos para la gobernanza en red y para consensos amplios. Por lo  que puede existir una tercera vía, no para contentar a la ciudadanía catalana, sino para el mejor encaje de la plurinacionalidad española.

La base jurídica sería la actualización de las Disposiciones Adicional Primera y Transitoria Segunda de la Constitución. La primera  ampara los ordenamentos forales vasco y navarro. La segunda dispone el más amplio grado de autogobierno para Catalunya, Euskadi y Galicia. Se trataría de integrar las dos para romper el café para todos y reconocer a estos territorios, la Canarias por su condición ultraperiférica y a los demás que lo decidan exclusivas competencias sobre lengua, cultura, educación, Derecho Civil y régimen local, así como plenas potestades ejecutivas (Administración única), lo que exigiría la transferencia de competencias de economía y fomento básicas (puertos y aeropuertos de interés general, costas, salvamento marítimo, infraestructuras viarias y sistema ferroviario,policía de seguridad) y la recaudación tributaria, en un marco de autonomía y coordinación normativa que determinaría las aportaciones al Estado para compensar los servicios públicos que presta y dotar determinados Fondos de Solidaridad. Los demás territorios tendrían espacio para asumir este régimen, mediante referéndum, para mantener el régimen competencial actual o para devolver competencias (sanidad, educación, justicia) al Estado y/o a  desarrollar procesos de fusión entre sí.

El sistema habría  de cerrarse con una cláusula que permitiera el derecho a decidir de estos territorios, pero condicionado a plazos, procesos y mayorías que habrían de ser fijados constitucionalmente. Más o menos al sistema quebequòise.

Ésta tercera vía constituye un marco potencialmente asumíble para muchos. Por ello, necesitamos políticos de  perspectiva moderna y voluntad de servicio para desarrollarlo.

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