¿Te pondrás de rodillas?

Una de las ideas más peligrosas qué hoy circulan en los medios de comunicación y redes es que Humanismo e Ilustración son proyectos liquidados. Aún es peor: la narración del fin de nuestra filosofía y valores fundamentales sobre la que se alzan las democracias parlamentarias y el Estado de Derecho, también es compartido por cierta intelectualidad y la Academia vendida al capitalismo rampante.

Dos cosas llaman la atención: la primera es que el discurso del fin del racionalismo y el iluminismo humanista coincida con la reaparición del viejo fascismo en Occidente; la segunda, que el apostolado de las vanguardias tecnocapitalistas de Silicom Valley promocionen a plena potencia mediática el posthumanismo como camino a la nueva Jerusalén digital.

Tal coincidencia en el tiempo debe encender todos los mecanismos críticos de inmediato y contestar con varias preguntas. Si damos por válida la propuesta de finiquito, ¿acaso no serían el fascismo y el tecnofascismo los mayores beneficiados?

El fascismo clásico tiene en la razón y el libre pensamiento sus peores enemigos. El conocimiento y la capacidad crítica son el dique de abrigo que protege a los individuos y pueblos de las mecánicas de propaganda y manipulación de masas.

¿Cómo que el Humanismo está acabado? Si está acabado, que expliquen qué ideas del Humanismo caducaron. ¿Acaso La centralidad del hombre en el universo? ¿El fin de los dioses? ¿La separación de Iglesia y Estado? ¿La libertad de pensamiento? ¿La autonomía moral?

Y también es un buen momento para preguntar a los evangelistas del posthumanismo qué valores de la Ilustración han caído en la obsolescencia. ¿Quizá la razón como sistema de búsqueda de la verdad? ¿La duda permanente? ¿El individuo y su dignidad como templos inviolables? ¿Quizá tengamos que abolir los Derechos Humanos? ¿Ya no sirven? ¿Dónde se percibe el agotamiento del concepto de libertad humana? ¿Debe morir la pasión por el estudio y la búsqueda de la verdad?

Posiblemente quienes hablan de la liquidación del Humanismo e  Ilustración no se hayan molestado jamás en profundizar en sus proposiciones, discursos y valores.

Lo que podría acontecer, y por eso recomiendo desconfiar del discurso tecnocapitalista, es que liquidáramos la Ilustración por la única razón de que lo digan ellos, en la enésima versión de la profecía que se cumple a sí misma. @mundiario