Tal vez Juan Carlos Monedero no entiende bien qué es el nacionalismo

Juan Carlos Monedero.
Juan Carlos Monedero.
Una importante escisión del BNG –un frente nacionalista de izquierdas– propició en Galicia algo tan extraño e inédito como la unión de nacionalistas y no nacionalistas. En Cataluña y Euskadi no ocurrió nada así y, vistos los resultados del 12-J, no parece que vuelva a pasar en Galicia.
Tal vez Juan Carlos Monedero no entiende bien qué es el nacionalismo

En las llamadas naciones periféricas de España, básicamente en Cataluña, Euskadi y Galicia, existen partidos nacionalistas de diversas ideologías. Allí donde hay suficiente masa crítica, el nacionalismo de derechas y de izquierdas obtiene representación parlamentaria, lo cual sucede siempre en Cataluña (CiU / PDeCAT y ERC) y Euskadi (PNV y EH Bildu), mientras que solo pasa a veces en Galicia (CG/PNG y BNG). Es decir, en Galicia el nacionalismo es básicamente de izquierdas, inspirado por un partido comunista –la UPG– que ha compartido el espacio del BNG con otras fuerzas de izquierdas e incluso de centro. Si bien formalmente el BNG es un partido, en realidad es un frente, una marca electoral, donde están varios partidos y personas nacionalistas adscritas directamente al BNG, y donde la UPG es hegemónica.

Una importante escisión del BNG –frente nacionalista creado en A Coruña en 1982– propició en Galicia algo tan extraño e inédito como la unión de nacionalistas y no nacionalistas, primero a través de AGE y después de En Marea. En Cataluña y Euskadi no ocurrió nunca nada así y, vistos los resultados del 12-J, no parece que vaya a volver a pasar tampoco en Galicia.

El cofundador de Podemos y ahora exdirigente, Juan Carlos Monedero, cree que EH Bildu y el BNG se han "podemizado", de modo que "el discurso de Bildu y BNG no se diferencia del que antaño criticaban" en los de Pablo Iglesias. Tal vez Juan Carlos Monedero no entiende qué es el nacionalismo o los malos resultados de Podemos han nublado su habitual brillantez en los análisis políticos.

Si Francisco Rodríguez, ideólogo del BNG, lee estas cosas que dice Monedero va a escarallarse de risa. Porque hace falta ser muy audaz para atribuirle a la UPG, un partido marxista-leninista, el adjetivo de podemita, pero más todavía para imaginar que el nacionalismo gallego pudiera hacer una inmersión en el españolismo propio de un partido español como Podemos. El agua y el aceite nunca se mezclan, incluso cuando se juntan.

El hecho de que el podemita Pablo Iglesias y el nacionalista Xosé Manuel Beiras acordasen una alianza electoral, en aras de un pretendido Frente Popular en España, tenía ya un precedente en Galicia: AGE, una alternativa para el ámbito gallego donde habían confluido Esquerda Unida –la marca gallega del Partido Comunista de España, con la ahora ministra Yolanda Díaz a la cabeza– y Anova, un minifrente nacionalista auspiciado por Xosé Manuel Beiras tras su marcha del BNG.

No se trata, pues, de que el BNG se haya podemizado, sino simplemente de que las aguas vuelven a su cauce y cada uno está en su sitio. Si Juan Carlos Monedero quiere revitalizar Podemos y que este partido tenga presencia en Galicia puede hacerlo, pero si busca un proyecto cohesivo se supone que lo hará con personas a la izquierda del PSOE, no nacionalistas; es decir, con los comunistas de Esquerda Unida, ecologistas de izquierdas españolistas y, por supuesto, podemitas. Si ve que se le suman independentistas y nacionalistas despistados ya sabe cómo va a terminar la cosa.

En realidad todo estaba ya inventado cuando Pablo Iglesias se puso a fichar nacionalistas en Galicia. Se le habían adelantado Felipe González y Alfonso Guerra cuando pescaron en las aguas del PSG de Xosé Manuel Beiras. De aquella se habían ido al PSOE políticos de la talla de Fernando González Laxe, Xosé Luís Rodríguez Pardo, Xerardo Estévez, Ceferino Díaz o Antón Louro, que en buena lógica renunciaron al nacionalismo para ser solo socialistas o socialdemócratas; a lo sumo federalistas. Aquel precedente fue, a su vez, posterior al intento del PSOE, a través de la FSM, de reclutar al propio Xosé Manuel Beiras, que tuvo la oportunidad de ser el Joan Reventós del PSdeG, pero no quiso. Con el tiempo, lo que Beiras no le aceptó al PSOE se lo admitió a Podemos, tal vez fruto de una ensoñación republicana, que partía de que Beiras controlaría el espacio podemita en Galicia, a cambio de prestar apoyo a Iglesias en Madrid. El final de aquella historia no lo escribió ninguno de los dos, sino Ana Pontón, al quedarse con todo este 12-J. Lo dicho: el agua y el aceite nunca se mezclan. @J_L_Gomez

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