Surrealista: buscan financiación con un pelotazo para un puerto que a veces cierra
Este lunes el puerto exterior de A Coruña tuvo que volver a cerrarse debido al mal tiempo. Los barcos no pudieron entrar y se fueron a fondear a la ría de Ares.
El puerto exterior de A Coruña, una de las mayores obras de España en los años de la burbuja del ladrillo, es insostenible financieramente, según reconocen sus propios gestores. Y, por si fuese poco, no siempre está operativo: cuando hay mal tiempo cierra.
La situación es tan surrealista que ahora las autoridades portuarias buscan financiación, mediante todo tipo de maniobras, para un puerto que a veces no opera. De hecho, según ha sabido MUNDIARIO, este lunes 28 de marzo el puerto exterior de A Coruña tuvo que volver a cerrarse debido al mal tiempo. Los barcos no pudieron entrar y se fueron a fondear a la ría de Ares.
Una jugada cantada
El BNG ya intuyó en 2014 la gran jugada especulativa que prepara ahora el Puerto de A Coruña. Entonces su denuncia de privatización del complejo del Hotel Finisterre y del complejo deportivo de La Solana fue calificada de "absurda" desde el Puerto de A Coruña pero ahora se constata que sería cualquier cosa menos absurda. El propio Puerto de A Coruña anuncia la operación.
Los nacionalistas advirtieron en la compraventa de la concesión del Hotel Finisterre y de La Solana la "preparación de una gran operación de venta de estos terrenos", según denunció el entonces portavoz municipal del BNG, Xosé Manuel Carril.
El BNG basaba su sospecha sobre esta maniobra en el cambio de calificación de la superficie, que tanto en el PGOM como en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de Ciudad Vieja y Pescadería estaba considerado como espacio dotacional público y en la aprobación provisional y definitiva del PGOM se convirtió en terreno dotacional privado. Esta alteración, según el BNG, revalorizaba el precio del suelo, que si se vendiese, serviría para "resolver los problemas de financiación" del Puerto.
La Autoridad Portuaria de A Coruña es responsable de una de las peores gestiones portuarias de España, tanto en el plano financiero como comercial. De hecho, A Coruña, el puerto más caro de toda España, sigue sin conexiones diez años después. Y la Autoridad Portuaria, ahogada en deudas, tropieza con nuevas trabas para financiar su dársena exterior, en la que se gastará un mínimo de 750 millones de euros.