La supuesta descoordinación y la islamofobia centran los coletazos de los atentados
Policías y guardias civiles sostienen que “si se hubiera investigado bien” en el chalet de Alcanar (Tarragona) se habría visto la preparación de un gran ataque terrorista. En paralelo, la islamofobia se desata en las redes sociales y llega también a la calle tras los atentados en Barcelona y Cambrils.
La supuesta descoordinación policial y la islamofobia centran ahora los coletazos de los atentados en Cataluña, que se saldaron con numerosos muertos y heridos. La perspectiva de lo sucedido aporta nuevas claves y todo parece indicar que los terroristas iban a realizar un gran atentado en nombre del Estado Islámico (ISIS). La explosión en el chalet de Alcanar (Tarragona) desbarató sus planes iniciales y aceleró un plan B.
Policías y guardias civiles sostienen, por ejemplo, que “si se hubiera investigado bien” en el chalet de Alcanar se habría visto la preparación de un gran ataque terrorista. La Guardia Civil se queja de que la policía autonómica catalana no le permitió actuar en el chalet donde hubo una explosión. Políticamente se observa más calma en las cúpulas de Interior del Gobierno español y de la Generalitat catalana.
Por su parte, la policía de Bélgica comunicó a España sus sospechas sobre el imán de Ripoll (Girona). Un clérigo local alertó a las autoridades sobre el extraño comportamiento de Abdelbaki es Satty, quien estaba dispuesto a inmolarse, según declararon los terroristas que están detenidos. La contestación en 2016 fue que Abdelbaki es Satty no tenía antecedentes. Pero la comunidad musulmana de la localidad belga de Vilvoorde, donde quiso ejercer, expulsó al líder de la célula. El alcalde de la mencionada localidad flamenca, Hans Bonte, ha explicado al diario El País que señaló sus sospechas a los cuerpos de seguridad españolas, pero no ha especificado a cuál.
La célula terrorista creada en Ripoll compró cuatro cuchillos y un hacha tres horas antes del segundo ataque en Cambrils (Tarragona)
Según revela también el diario de Prisa, la célula terrorista creada en Ripoll compró cuatro cuchillos y un hacha tres horas antes del segundo ataque en Cambrils (Tarragona). El juez explica en el auto que los terroristas hicieron esta compra en el mismo Cambrils donde luego atentarían y que en la casa de Alcanar había una "gran cantidad de clavos" para usar como metralla. Los terroristas tenían cientos de kilos de material para montar explosivos, según el juez Andreu.
En paralelo, la islamofobia se desata en las redes sociales y llega también a la calle tras los atentados en Barcelona y Cambrils. El odio al islam se propaga por Internet, hasta el punto de que algunas mezquitas y locales musulmanes han sido atacados. Por si acaso, el sector turístico de Barcelona se conjura para que los atentados no le pasen factura.
