¿Son útiles para el Reino Unido los modelos de relación con la UE de Noruega, Suiza, Turquía y Canadá?

El Brexit inicia formalmente este mes.
Las negociaciones del Brexit siguen abiertas. / Mundiario

Hay problemas con el régimen fronterizo y aduanero aplicable entre Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte (provincia del Reino Unido y también con el sometimiento del Reino Unido al Tribunal de Justicia Europeo durante el período de transición de la salida.

¿Son útiles para el Reino Unido los modelos de relación con la UE de Noruega, Suiza, Turquía y Canadá?

Hemos analizado para el Consello Económico e Social de Galicia el nivel de exposición de la economía de Galicia ante las futuras relaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido, hoy en día bloqueado por el Brexit. Tras el referéndum hubo un shock por el resultado inesperado: tanto para la población como para la propia economía.

Es algo inédito, ya que es la primera vez que un país desea abandonar la UE. También es algo complejo, puesto que hay muchas dificultades para definir el procedimiento de relevo de las disposiciones comunes existentes desde hace años.

El proceso de divorcio entraña dificultad para formalizar la separación, de ahí también la incertidumbre. La evaluación del coste y de los efectos económicos, las repercusiones sectoriales, el abandono de empresas y la huida de personas constituyen fuertes debates en torno la decisión interna, tanto en el marco de la política británica –Gobierno vs. Parlamento vs. Ejecutivos regionales– como en el marco de las distintas soluciones sobre el futuro modelo regulatorio. En definitiva, muchas preguntas sin respuestas, demasiadas dudas.

Si reparamos en las claves británicas vemos que el equipo gubernamental está dividido, con ministros escasamente dispuestos a efectuar cesiones, la existencia de estrategias para ganar tiempo, etcétera.

En el Reino Unido algunos también quieren quedar en la Unión Aduanera de forma indefinida hasta encontrar la fórmula de instaurar controles en las fronteras; o encontrar la oportunidad de echar abajo el acuerdo para, en última instancia, poder forzar un nuevo referéndum.

Analizada la situación política británica, se observa que el Partido Conservador está dividido entre los euroescépticos y los que desean un Brexit duro, mientras que el Partido Laborista también está dividido entre dos corrientes. Sus respectivos congresos no despejaron incógnitas, pero afianzaron su postura sobre el Brexit.

El Gobierno británico está en contra de un nuevo referéndum y no es partidario de retrasar la fecha de salida de la UE –el 29 marzo 2019–, haya o no acuerdo. También quiere lograr que la UE le dé vida a su propuesta de Chequers y aguardar que la culpabilidad de una salida disruptiva y no negociada se le endose a los euroescépticos.

Hay problemas con el régimen fronterizo y aduanero aplicable entre Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte (provincia del Reino Unido y también con el sometimiento del Reino Unido al Tribunal de Justicia Europeo durante el período de transición de la salida. Saldar la factura económica pendiente –estimada entre 60.000 y 80.000 millones de euros– y el respeto a la libre circulación y los derechos de los ciudadanos tanto en el Reino Unido como en la UE constituyen otros dos frentes abiertos.

También hay escenarios posibles atendiendo a los niveies de soberanía nacional y de integración europea. Así, en el modelo de Noruega –país miembro del EEA y de la EFTA– cabe la participación plena en el mercado interior (libertades de circulación de bienes, servicios, personas y capitales) con algunas excepciones, sin acceso a los acuerdos de libre comercio de la UE con terceros países.

En el modelo de Suiza –estado miembro de la EFTA pero no de la EEA– cabe la participación parcial en el mercado interior (libertad de circulación en sectores específicos y limitados), acuerdos negociados sector a sector y posible circulación de personas.

En el modelo de Turquía hay unión aduanera, intercambio de bienes (sin barreras arancelarias) pero no de servicios. También cabe a aplicación del Arancel Exterior Común.

En el modelo de Canadá cabe un acuerdo ad hoc, sin barreras para la mayoría de bienes y algunos servicios. Incluso una posible cláusula de promoción y protección de las inversiones. @mundiario

Comentarios