Son pocos los jueces que causan problemas pero aun así se demandan cambios

Palacio de Justicia. / RR SS
La Justicia arrastra muchos males.
Bajo el título "Están locos estos jueces", Javier Carballo escribe en 'El Cofidencial' que en España tenemos más de 5.000 jueces y solo van dando tumbos por los titulares cuatro o cinco magistrados.
Son pocos los jueces que causan problemas pero aun así se demandan cambios

Bajo el título "Están locos estos jueces", Javier Carballo escribe en El Cofidencial que en España tenemos más de 5.000 jueces y solo van dando tumbos por los titulares cuatro o cinco magistrados, porque se pueden contar con los dedos de una mano.  Relata también que el año pasado, hablando de todo esto en un encuentro con periodistas en la Menéndez Pelayo, una magistrada del Tribunal Constitucional se refirió con naturalidad a esa realidad y admitió que, en la Justicia española, hay “como en cualquier otra profesión, un porcentaje de jueces que son un desastre". Y añadió: "Ni todos son buenos ni todos son listos, pero tampoco todos son malos. Locos, ignorantes y caraduras los hay en todas las profesiones".

Esta es una de esas profesiones que España entera tenía mitificada. Donde se confundía la memoria con la inteligencia. Donde "chapar" era sinónimo de listo y en donde el análisis, la creatividad y el progreso no tenían cabida en tan estrechas mentes.

Este es otro de los esquemas que se están desmoronando. La crisis nos han enseñado que donde había antes un punto y aparte, ahora hay que poner una coma. Que esas leyes creadas para mantener el orden y concierto en su día, hoy padecen un parkinson galopante. que aquellas medicinas que tenían en la rebotica hoy son incapaces de curar un catarro.

Pero lo que es peor de esta situación judicial es que en la página siguiente no estaba escrito que este sector necesita una renovación urgente y una adaptación a los tiempos, por lo que ellos siguen por el renglón correspondiente así nos caigamos por la barranquilla. Pero que más da, uno por otro la casa sin barrer. Ni se adaptan las leyes, ni se exige la adaptación a los nuevos tiempos ni se aplican en muchos casos por cobardía o porque todo tiene un precio. Ni se legisla en frío, ni en caliente.

Seguimos comiendo el mismo plato desaborido, templado y con brotes de moho sin que apenas haya mentes pensantes de la "insigne" memoria robótica que la necesidad de cambios. Que alguien les escriba una nueva página que puedan chapar, donde ponga que existe el avance, el progreso y la ciencia, más que nada por aquello de saber si son capaces de entender que ya no vivimos en la caverna.

No me extraña que Einstein dijera la célebre frase, esa que dice con gran acierto que la memoria es la inteligencia de los tontos.

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