Solo el año pasado, las Naciones Unidas destruyeron más de 400.000 minas terrestres

Una mina terrestre.
Una mina terrestre.

Las Naciones Unidas desempeñan un papel fundamental en la promoción del objetivo de liberar al mundo de la amenaza de las minas y los restos explosivos de guerra.

Solo el año pasado, las Naciones Unidas destruyeron más de 400.000 minas terrestres

Las Naciones Unidas desempeñan un papel fundamental en la promoción del objetivo de liberar al mundo de la amenaza de las minas y los restos explosivos de guerra.

El 4 de abril celebramos el décimo aniversario del primer Día Internacional de Información sobre el Peligro de las Minas y de Asistencia para las Actividades relativas a las Minas. En el decenio transcurrido se ha progresado considerablemente hacia la meta de erradicar la amenaza de las minas terrestres antipersonal: la Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal tiene hoy 162 Estados partes.

Las Naciones Unidas desempeñan un papel fundamental en la promoción del objetivo de liberar al mundo de la amenaza de las minas y los restos explosivos de guerra, atender las necesidades de las víctimas y los supervivientes y garantizar sus derechos humanos. Solo el año pasado, las Naciones Unidas destruyeron más de 400.000 minas terrestres y restos explosivos de guerra y más de 2.000 toneladas de municiones obsoletas. Además, despejaron y verificaron más de 1.500 kilómetros de carreteras, impartieron educación sobre el peligro de las minas a millones de personas y capacitaron a miles de militares y agentes de policía en la manipulación de explosivos y su eliminación en condiciones de seguridad.

Encomio a todos aquellos que han contribuido a este éxito. No obstante, sigue habiendo mujeres, niñas, niños y hombres que son víctimas de minas terrestres sembradas hace decenios en lugares como el Afganistán y Camboya, y me alarma que esas armas de efectos indiscriminados sigan utilizándose en conflictos hoy en día.

Además, tanto civiles como comunidades se ven expuestos a un número cada vez mayor de peligros de explosión, desde minas hasta municiones en racimo, armas y municiones en condiciones físicas o tecnológicas inseguras y artefactos explosivos improvisados. Me preocupa sobremanera que haya grupos armados en el Iraq que utilizan ampliamente esos artefactos, lo cual plantea una grave amenaza para los civiles. En Siria, el uso generalizado de las bombas “de barril” y otras armas explosivas en zonas pobladas ha causado una gran devastación y sufrimiento humano, y ha dejado un legado de restos explosivos de guerra que seguirá siendo una amenaza hasta que estos sean retirados.

El tema del Día de este año, Más que minas, refleja la realidad que enfrentan los civiles, el personal humanitario, el personal de mantenimiento de la paz y los organismos de desarrollo en zonas de guerra y países que se recuperan de un conflicto. Cuando un peligro de explosión bloquea el camino, los alimentos no se entregan, los refugiados y los desplazados no pueden regresar a sus hogares en condiciones de seguridad, los niños no pueden asistir a la escuela, se perturba la actividad comercial, la labor de desarrollo y consolidación de la paz se ve obstaculizada y las operaciones de mantenimiento de la paz no pueden desplegarse con la seguridad necesaria.

En este Día Internacional, insto a los Estados miembros a permanecer comprometidos con la causa de las actividades relativas a las minas mediante contribuciones financieras y apoyo político, el cual será especialmente importante este año cuando la Asamblea General trate el tema de la asistencia para esas actividades. El proyecto de resolución pertinente ofrecerá una oportunidad para reconocer que las actividades relativas a las minas son, de hecho, Más que minas y para volver a comprometernos a trabajar con los Estados afectados para reducir la amenaza de las minas y otros peligros de explosión.

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