Los socialistas buscan su vuelta al ruedo en la figura de Susana Díaz
Una buena parte de la máquina del partido apoya sin recaudos a Susana Díaz para convertirse en la primera mujer que lidere el PSOE.
Los socialistas que han sufrido dos resultados negativos de manera consecutiva en las elecciones nacionales de 2015 y 2016, parecen haber encontrado consuelo en las palabras tranquilizadoras de Susana Díaz, así como en la fe de ella en el futuro del partido .
"Tenemos que amar al PSOE", dijo Díaz en un evento reciente en Alcalá de Henares, cerca de Madrid, para luego recalcar que ella misma es la "hija de una humilde trabajadora" que estudió gracias a un sistema de bienestar público puesto en marcha por anteriores administraciones socialistas. El lema de su campaña para convertirse en la primera mujer en liderar el partido es simple en su dedicación: "100% PSOE". Más fe imposible.
Hasta ahora, la máquina del partido ha echado todo el peso detrás de su candidatura. Los dos ex presidente del PSOE, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, respaldan sin dudas a Díaz, como también lo hace una abrumadora mayoría de jefes regionales del partido, y funcionarios intermedios a nivel nacional. Sus partidarios resaltan que Díaz es la única entre las tres candidatas que han ganado a sus rivales en las urnas.
Patxi López perdió las elecciones en 2009 en el País Vasco, pero gobernó la región gracias a una alianza con los conservadores. Y Pedro Sánchez perdió las dos elecciones nacionales que corrió como candidato a presidente, viéndose incluso separado de la secretaria general del partido en aquella ocasión. Pero por otro lado Díaz venció al Partido Popular de Rajoy en Andalucía en 2015 por casi nueve puntos, el margen de victoria más alto de cualquier líder socialista en las recientes elecciones regionales, mientras que mantuvo a Podemos a 20 puntos de distancia.
Sus detractores retratan a Susana Díaz como el tipo de político de carrera al que los votantes se han opuesto recientemente, sobre todo ante la irrupción de partidos no tradicionales como Podemos. También dicen que conspiró contra Sánchez para promover sus propias ambiciones, aunque significara entregar el gobierno a los conservadores. Aún así, los votantes la perciben como la única en condiciones reales de competir llegados a este punto. Pero antes de hacerlo deberá superar a sus contrincantes en las primarias.
