El socialismo gallego encuentra líder pero le falta modelo y le sobran desavenencias

Gonzalo Caballero. / V
Gonzalo Caballero, flamante secretario general del PSdeG - PSOE. / V

La rebelión de los afiliados del PSdeG - PSOE deja a las presidencias de tres diputaciones descolocadas y al alcalde de Vigo derrotado en Galicia. El proceso que da ganador a Gonzalo Caballero se salda también con un cierto adiós al besteirismo.

El socialismo gallego encuentra líder pero le falta modelo y le sobran desavenencias

En la enésima batalla de las eternas guerras civiles del socialismo gallego, competían tres candidatos similares, todos émulos de Pedro Sánchez, compañeros de facción en anteriores batallas y divididos por asuntos locales o menores. Xoaquín Fernández Leiceaga no llegó al final y sus votos contribuyeron a la victoria del candidato vigués, Gonzalo Caballero, frente al candidato coruñés, Juan Díaz Villoslada. A título de anécdota ilustrativa del carácter localista y personalizado de la fractura socialista en Galicia, cabe indicar que el candidato vigués venció en A Coruña y viceversa.

Las posiciones se fueron perfilando hasta hacer de Gonzalo Caballero el candidato de las bases de afiliados frente al candidato de las diputaciones y alcaldías, así como de la gestora que dirige el partido en Galicia, a la cual nadie parecía hacer caso pero que sigue ahí tras veinte meses, con la aguerrida Pilar Cancela al frente. Ya sea por el cansancio de tantas batallas o por el sentimiento de frustración que imponen las derrotas electorales, la participación bajó, y donde las presiones institucionales son menores, en las ciudades, ganó Gonzalo Caballero con la excepción de su ciudad, donde la animadversión personal con el alcalde, Abel Caballero, por otra parte su tío, es proverbial.

La derrota de Villoslada, un alto funcionario sin apenas experiencia política pero con personalidad y determinación, es también la derrota a distancia de José Ramón Gómez Besteiro, el dirigente que desde hace años viene controlando en la sombra casi toda la organización del PSdeG - PSOE, a la espera de que los trámites judiciales lo exoneren de las diez acusaciones que pesan sobre él y lastran su buena imagen. Es también la derrota de sus protegidos, los presidentes de las diputaciones de A Coruña y Lugo, que han reproducido el viejo modelo caciquil de control de las provincias desde las diputaciones, creado por Victorino Núñez, Baltar y Cacharro y adaptado ahora por el PSdeG, no sin la ayuda de medios de comunicación a los que subvenciona y agasaja, al estilo de lo que también hace el PP desde la Xunta de Galicia. Y además significa la derrota de la alcaldesa de Lugo y del veterano alcalde de Culleredo, máximo dirigente de la provincia coruñesa, entre otros.

Por otra parte, el proceso supone un revés relativo para el alcalde de Vigo. El exministro guerrista de Felipe González –buen amigo de Paco Vázquez– evitó implicarse en exceso en las primarias del PSdeG - PSOE pero ha movido suficientes votos para lograr un resultado local digno, estéril políticamente. Tras este resultado su futuro queda circunscrito prácticamente a su término municipal con Carmela Silva en la Diputación de Pontevedra. Además deja algo tocado a Leiceaga, que hace un año retrocedió cuatro escaños frente a Alberto Núñez Feijóo y ahora ha debido renunciar en mitad de la batalla. Tiene un grupo parlamentario fracturado en varias tendencias y con sus rivales dentro.

Gonzalo Caballero. / YouTube

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Gonzalo Caballero tiene algunos datos a favor y muchas incógnitas que resolver. En el haber, una larga experiencia de outsider en su propio partido, que le ha permitido un elevado conocimiento de la organización

Gonzalo Caballero tiene algunos datos a favor y muchas incógnitas que resolver. En el haber, una larga experiencia de outsider en su propio partido, que le ha permitido un elevado conocimiento de la organización. En contra, la escasa experiencia institucional. Además, no es diputado, por lo que –a expensas de correr puestos en la lista de Pontevedra– remedará el modelo de Pedro Sánchez y de Besteiro, posible pero con hándicaps evidentes. Si en el próximo congreso, a finales de octubre, consigue tejer suficientes complicidades para lograr una dirección en la que se integren algunas de las múltiples familias existentes –entre otras las del vigués Abel Caballero y el ourensano Pachi Vázquez–, podrá pilotar la nave sin contratiempos hasta las elecciones municipales, dentro de veinte meses. Ahí comenzarán los problemas.

Con un partido en declive o simplemente desaparecido en A Coruña –pendiente de Pablo Arangüena, su posible salvador–, Santiago, Ferrol y Pontevedra, con severos problemas en Lugo –con margen para que emerja Ana Prieto– y Ourense, la capacidad de recuperar terreno perdido no dependerá solo de la nueva dirección política, sino de factores múltiples: la valoración en España, el final del conflicto catalán (y del PSC), las tensiones internas ante las inevitables renovaciones de candidatos, etcétera.

Gonzalo Caballero ha terminado una batalla pero todavía está lejos la recuperación electoral del PSdeG - PSOE. Además, como le aconseja el expresidente Fernando González Laxe, deberá definir un verdadero modelo gallego para el PSdeG. Lo dicho: el socialismo gallego encuentra líder –solvente– pero le falta modelo y le sobran desavenencias. Ganar las primarias es condición necesaria pero no suficiente. @J_L_Gomez

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