Sobreactuaciones mediáticas en clave preelectoral

Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo y Economía Social
Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo y Economía Social. / Mundiario

Los partidos han vuelto del verano poniendo en marcha las estrategias preelectorales para 2023 siendo su primer paso las citas congresuales del próximo mes.

Sobreactuaciones mediáticas en clave preelectoral

Mientras los problemas más serios del momento son objeto de aburridas intervenciones ministeriales, como la reforma de las pensiones, el precio de la luz o los fondos Next Generation, otros asuntos menos trascendentes son objeto de la sobreactuación de los Ministros. Estos días hemos visto al titular de Interior, siempre listo para estar bajo los focos, transformar una presunta agresión homófoba en Madrid en una campaña contra el odio que, se insinúa, estaría siendo extendido por Vox. Incluso se suma el presidente del Gobierno para presidir una reunión técnica de mandos policiales y anunciar medidas en todo el territorio. Ni el hecho desencadenante, a la postre falso, ni el número de delitos denunciados justificarían la enorme actuación mediática si no existiese una estrategia electoral subyacente según denuncia el Alcalde de Madrid.

De nuevo en Cataluña, la necesidad de sostener el imaginario secesionista en vísperas de la Diada ha propiciado una enorme confusión a cuenta de la ampliación del aeropuerto barcelonés, demandada insistentemente por el mundo económico pero demorada por las tensiones políticas. El presidente catalán, con escasa autoridad y menor carisma, delegó en sus socios de JxCat el acuerdo con el Gobierno central, evitando comprometerse en un asunto que ERC no tiene claro. Cuando se produce un principio de acuerdo entre ambas Administraciones, es fuertemente atacado por la Alcaldesa de Barcelona con el apoyo de la Vicepresidenta Segunda del Gobierno de Sánchez, que además presume de haber dinamitado el trabajo de su compañera de Transportes cuyo Ministerio está controlado por dirigentes del PSC. Sánchez, prudentemente, decide congelar el acuerdo para no debilitar más al presidente Aragonés.

No olvidemos que la señora Colau gobierna con el PSC, al que censura en el aeropuerto y en otros temas, al tiempo que Illa le ofrece los votos socialistas a Aragonés para apuntalar los presupuestos si no lo hacen los socios de la coalición nacionalista. Una situación enrevesada que apunta de nuevo a las elecciones, municipales en un caso, estatales en otro. Por otra parte la Ministra de Trabajo, inmersa en la construcción de una nueva plataforma electoral, necesita marcar distancias con el PSOE sin romper la coalición por el momento. Además de predicarnos la buena nueva del Manifiesto comunista como un texto para nuestro tiempo, socava la posición de otros Ministros de la coalición con gestos que por el momento Sánchez controla. Una inteligente campaña de imagen y el apoyo de algunos medios de referencia están allanando el camino de la Ministra comunista hacia una nueva versión de una Izquierda Unida,  cada día más fraccionada.

Si bien se ha dramatizado con la posible pérdida de 1.700 millones de euros y miles de puestos de trabajo, la realidad es más prosaica. Simplemente habrá una demora mayor mientras el asunto se vuelve a debatir, quizás en esa “mesa de diálogo” entre Gobiernos, tan publicitada como vacua de contenido. Téngase en cuenta que técnicamente existe más de una solución posible para ampliar las pistas de El Prat.

El PP acelera la tensión preelectoral

Mientras el PP acelera la tensión preelectoral, animando a sus dirigentes autonómicos de Andalucía y de Castilla y León a adelantar sus respectivos comicios, confiando en que serán nuevas etapas en su acceso al Gobierno estatal. Son los mismos Ejecutivos que hasta este verano alardeaban de la estabilidad de sus respectivos Gobiernos y rechazaban el adelantamiento. En clave más interna, la presidenta Ayuso presiona para controlar el partido en su Comunidad y ampliar su base orgánica por lo que pueda acontecer en el futuro. Tanto los magníficos resultados que cosechó en las elecciones de mayo pasado como los indicadores económicos de la región respaldan sus ambiciones.

Faltan veinte meses para las elecciones autonómicas y municipales que previsiblemente serán precedidas por las elecciones generales, pero los partidos políticos están ya en ese escenario, disponiendo las piezas para la batalla. Así se explica también el ruido mediático sobre el Consejo General del Poder Judicial cuando lo cierto es que la Justicia está funcionando con toda normalidad en todos sus niveles, ajena a la lucha por el control de su cúpula. Si el precio de la luz es un arcano para los ciudadanos y los fondos europeos son un misterio, hay que alimentar el debate con asuntos, si es posible emocionales, como una presunta agresión violenta o el discurso victimista del nacionalismo catalán que esta semana ha hecho una performance en el Parlamento entregando medallas a sus también presuntos mártires.

Como espectáculo mediático es entretenido aunque se le noten las costuras y el artificio. Los protagonistas impostan la voz y componen el gesto para hacer creíble cuanto dicen. Fuente por otra parte de una catarata de titulares periodísticos. Mientras la vida transcurre por cauces más serenos, soportando la carestía del inicio de curso, de la que no se habla y menos se afronta o de un mercado inmobiliario en ebullición frente al cual no hay política de vivienda. Como en Broadway, el espectáculo no se detiene nunca. @mundiario 

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