¿Lastrará su liderazgo la soberbia que parece arraigar en Sánchez?

Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno español
Pedro Sánchez. / TV
Pedro Sánchez siempre se creyó capaz y suficiente aún cuando hubo una época donde todos los socialistas eran sus enemigos. Ahora, con los enemigos relegados del poder, se crece aun más.
¿Lastrará su liderazgo la soberbia que parece arraigar en Sánchez?

Pedro Sánchez se quedó un día hasta sin escaño pero apeló a las bases y logró volver. Estaba más muerto que el Cid cuando ganó la batalla a Susana Díaz. Luego subió al estrado, dio discursos contra Rajoy y el PP, el "no es no" que tantas voluntades sumó en la familia socialista, y consiguió sacar por dos veces el peor resultado de la historia del PSOE. El intento de formar gobierno fue su primera derrota a las que seguirían otras hasta el día de hoy mostrando una capacidad de resilencia tan sorprendente que le permitió crecer más.  Un día Pablo Iglesias decidió convertirlo en Presidente de Gobierno al margen de las urnas, con una moción de censura a Rajoy en la que él no creía mucho pero Pablo si y hablando con unos y otros, con promesa va promesa viene, consiguió el apoyo de comunistas e independentistas más un montón de "confluencias" que le abrieron inesperadamente las puertas de la ansiada Moncloa, especialmente por el cambio de bando del PNV.

El resilente Sánchez no fue muy agradecido y despreció el apoyo de Iglesias (Unidas Podemos) que pedía participar del poder que le había conseguido, como despreció  la oferta de Rivera (Ciudadanos) que solo le pedía tres promesas que no requerían pensar mucho y también rechazó el ofrecimiento de Casado (PP) para un programa con asuntos de estado. Todos le sobraban, quería gobernar solo con sus 123 escaños, los mismos con los que Rajoy no se había atrevido ni a intentarlo. 

Ahora vamos a nuevas elecciones donde su amigo Tezanos (CIS) le pronosticó una escandalosa subida de escaños,  por encima de los 140, que empiezan a parecer pura ficción.Ya había anunciado que Unidas Podemos o Mas País no estarían en el Gobierno que está seguro de formar aunque les pide su apoyo sin cargos. También sigue rechazando cualquier coalición o pacto con Ciudadanos al que pide su abstención gratis como ya había hecho el 7 de mayo y días antes de vencer el plazo para formar gobierno cuando Rivera le recuerda los tres fáciles puntos que le exigía, y lo mismo hace con el PP pese a que hace promesas electorales que no podrá cumplir sin ellos por la mayoría que requieren. Viendo nuevas encuestas donde se inicia su caída ha huido hacia adelante rompiendo lazos con los independentistas quedándose completamente solo aunque ahora se define a si mismo como el puente entre las dos partes ¿que partes?, porque con los constitucionalistas no pacta y a los soberanistas los amenaza. Si no está en ninguna parte debería pensarlo mejor porque el contitucionalismo le espera. 

Rivera e Iglesias siguen fieles a sus promesas electorales mientras que Sánchez es uno antes de las elecciones y otro después, como explicó su Ministra. Los españoles somos mucho de bandos, discusiones y enfrentamientos, pero además de extremistas de sangre caliente hay una amplia franja que vota por liderazgo y programa. Son los mismos votantes los que otorgan la victoria al PSOE los que se la dieron y/o darán al PP, o los que se han ido a Ciudadanos o UP,  la mayoría que inclinan la balanza después de informarse y hacer una reflexión. Pocos barones en el PSOE entienden a Sánchez  y a su petición de que todos le apoyen sin negociar, es decir, pidiendo un cheque en blanco. Es posible que se llegue empatados o cerca al debate y por primera vez allí se decida algo. El discurso de "quiero ser como Portugal" es falso porque hoy todo el mundo sabe que el programa luso es opuesto al sanchista.

Es posible que al final nadie sume y solo un gobierno de concentración sea capaz de evitar otras elecciones no deseadas porque hay que afrontar urgentemente el paro, el Brexit, los aranceles de EE UU, el procés, la Deuda, el déficit, e infinidad de cosas urgentes. De momento solo Vox y el PP siguen subiendo. A Vox se le entiende y es coherente con su ideario y el PP sube porque Ciudadanos cae, al menos de momento porque cede más en encuestas pequeñas no muy creíbles pero no en las grandes. Casado, Iglesias y Rivera se ven coherentes pero de Sánchez cada vez se fía menos gente. Su soberbia no le debería impedir ver que si no logra sus objetivos tendrá que marcharse. Con 123 escaños, un 28% de votos, lo que representa menos del 20% del censo electotal, no se puede gobernar en solitario.¿No ha oído que la democracia se refiere al sentir mayoritario del pueblo?¿un 20% del pueblo es mayoritario?. Si las encuestas castigan al PSOE el vértigo llevará a nuevas propuestas utópicas.... o a un gobierno de concentración. Lo que no parece es que el llamamiento al voto que Sánchez hizo desde el Consejo de Ministros o el Congreso haya valido para algo. @mundiario

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